Publicado en kath.net  5 de octubre de 2007.  http://www.kath.net/detail.php?id=17909

Una Fiesta de la Cerveza en el Espíritu Santo - Día IV
5 de octubre de 2007.  "El padre James y su mensaje a los lectores de KATH.NET "

Por Michail Rassool 
Munich

Foto: (c) Klemens Hrovath 

El padre James Manjackal M.S.F.S. está dando unos ejercicios espirituales en Munich del 1 al 4 de octubre. Franziskus v. Ritter-Groenesteyn informa del cuarto día.

Munich (www.kath.net) El sacerdote Padre James Manjackal M.S.F.S. de la India da ejercicios espirituales en Munich del 1 al 4 de octubre. Franziskus v. Ritter-Groenesteyn participa en ellos y redacta para KATH.NET diariamente un resumen de cada uno de los días de los ejercicios.

Cuarto día – El padre James y su mensaje a los lectores de KATH.NET 

Hoy me he puesto en camino temprano. Delante del altar hay una imagen grande de Jesús misericordioso, delante de ella, un centro de flores en forma de corazón en cuyo interior se lee el nombre de “Jesús” compuesto de flores rojas. Al lado está la caja de las oraciones, está a tope con peticiones. Richie ya está preparando el micrófono.

Después cuenta. Viene de Würzburg. Se coge cada día de vacación que tiene para apoyar al P. James. Tanto compromiso … esto tiene que tener un motivo. Su madre tenía esclerosis múltiple. Fue curada durante unos ejercicios con el padre James y recibió el Espíritu Santo.

Pero esto no era suficiente. Richie disfrutaba entonces de su vida en América a pleno pulmón. Su madre le pidió venir para los ejercicios. “Yo no tenía ganas.” La madre, Gaby, le cuenta su curación. Richie sigue en sus trece. “Yo disfruto de mi vida en EEUU, cuando tenga los años que tienes tú, entonces …”

La voz alemana del P. James

La madre no cede, le cierra el acceso a las cuentas bancarias. Richie estaba sin un duro. El padre James se acuerda. “Era un joven con una mirada muy furiosa y con el pelo largo, entonces estaba sentado en primera fila delante de mí.” Ahora, Richie irradia una gran paz interior, fruto del Espíritu Santo, y abraza amorosamente a su mujer. Hoy es la voz alemana del padre James en todas partes.

El padre James está todavía en la sacristía. Intento cogerle a solas. La puerta está abierta, como si fuera una invitación. En la mesa grande hay restos de un rápido desayuno. Está hablando con un sacerdote. Vuelvo un poco más tarde. El padre James está orando por el sacerdote imponiéndole las manos. Me marcho otra vez.

Ahora está orando el sacerdote por el padre James; el lazo espiritual entre sacerdotes, aquí se hace notar. Un último intento. Tengo suerte. Sale a mi encuentro amablemente. “Padre James, le pido un mensaje para nuestros lectores.” Está dispuesto con mucho gusto, invoca al Espíritu Santo, bendice a todos los lectores, pide que tengan los oídos abiertos para el mensaje dirigido a ellos. Después me dice:

Un mensaje para los lectores de KATH-NET

“En mis viajes por todo el mundo veo tantos que han abandonado la fe en Jesús y  la Iglesia. Hay mucha oscuridad, especialmente en Europa. Muchas ataduras en las familias, mucho aborto, divorcios, inmoralidad, drogas. No sólo es la pérdida personal de la vida espiritual en cada uno. Cuando oro, vierto lágrimas por Europa.

¿Va Europa a perder su identidad? Europa tiene un grandioso pasado cristiano; en su tiempo engendró muchas virtudes. En otros países se hablaba de Europa con gran respeto. Pero ahora … Los hombres del Tercer Mundo se avergüenzan de la decadencia moral de Europa. Escuchar esto me entristece.

Queridos lectores, volved a tomar conciencia de vuestra cultura europea – nadie puede negarlo, es el cristianismo. ¡Volved a vuestras raíces! ¡Haced que Europa resplandezca otra vez! ¡Aprended a vivir por la fe, dad testimonio para vuestro Dios! 
¡Tened el valor de anunciar a Jesús! Pedid para Europa, para Alemania, para Austria el Espíritu Santo. Amén. Que e Espíritu Santo os bendiga y descienda sobre vosotros. ¡Aleluya!”

Un sueño de 1996

La iglesia se ha vuelto a llenar hasta el último asiento. Ulrike también ha vuelto. Pillo al organizador Alexander Hahn y le pregunto por su motivación. “En dos ocasiones he experimentado sanación física, y el año pasado me liberó de un grave pecado mortal del que no era muy consciente. Ahora el cáncer ha disminuido.” Una voz más que es auténtica.

Durante la charla, el padre James nos cuenta un sueño que tuvo en 1996. Me recuerda mucho la visión que tuvo Pablo en los Hechos de los Apóstoles, antes de trasladarse a Macedonia.

“De repente, dieciocho musulmanes difuntos estaban delante de mí y me preguntaron con insistencia por qué no les predicaba algo de Jesús y de su salvación. Pensé que estaba loco. ¡¿Cómo puedo predicar a muertos?! Decían que estaban en la oscuridad y sólo yo podía ayudarles a salir de allí. Cogí la Biblia y les leí algo del Evangelio. De repente, la habitación se llenó de olor a rosas e incienso y les vi subir hacia lo alto resplandeciendo como ángeles.

“Necesitaba saber si estaba loco.”

En aquel entonces nunca había estado entre musulmanes. Necesitaba saber si estaba loco. Me dirigí a mi director espiritual, un jesuita racional, el padre Francis, para que me ayudara. Estaba seguro de que me mandaría a la psiquiatría. En vez de ello me leyó citas de la Biblia (Jn 5, 25-29 y 1ª Cor 15, 29) y me confirmó una misión para con los musulmanes difuntos.

Tenemos la Iglesia gloriosa, son los santos en el cielo; la sufriente, son las pobres almas del purgatorio, y una Iglesia combatiente aquí en la tierra. Todos son una única Iglesia y viven los unos para los otros. Los muertos están vivos. Sólo que están en otro mundo.

Nadie tiene el derecho de afirmar que alguien está en el infierno. Jesús sólo juzga. Nosotros no lo sabemos. Por eso, la Iglesia tampoco nunca dijo que Judas está en el infierno. La misericordia de Dios es muy grande.

30 misas para los difuntos

Los difuntos ya no pueden hacer nada por ellos mismos, en cambio nosotros, sí podemos hacer mucho por ellos. Podemos cargar con sus pecados y pedir perdón en su lugar. Incluso podemos bautizarles. La Santa Misa es particularmente eficaz. ¿Sabéis por qué son 30 misas? Porque son cuatro generaciones. La culpa de los padres la persigo hasta la cuarta generación, dice Dios. ¡Dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, 16 tatarabuelos, en total, 30!”

Después nos cuenta de su tatarabuelo, por el que nadie había orado, porque la madre del padre James dio por hecho que estaba en el infierno. “Una noche en el año 2000, estaba yo en Austria, me aparece mi tatarabuelo y me pide ayunar por él durante siete días y decir las Santas Misas por él. Me sorprendí, pero hice lo que me pedía.

Mi madre estaba moribunda. Cuando estaba con ella, ella a su vez me contó un sueño en el que el tatarabuelo se había quejado con ella que nunca había orado por él. Él dijo que su hijo [el P. James] lo había hecho y que ahora estaba liberado, ella lo vería. Puesto que dentro de 24 horas ella estaría con él; y después, toda la habitación había olido a rosas. Pocas horas después, mi madre se murió.”

“Cuando oramos por ellos, ellos vienen”

El padre James advierte no obstante de nunca buscar la conversación con los difuntos, que esto está prohibido. “Pero cuando se ora por ellos, ellos se acercan a nosotros, y nos piden oración o ayuno o la Santa Misa. Entonces, esto sí lo podemos hacer.”

Después cuenta de sus comienzos de su misión entre los musulmanes. Un musulmán le había preguntado si quería ver la tumba de Joaquín y Ana. Delante de ella estaban 56 musulmanes orando. Rezaban versículos del Corán que trataban de Jesús y María. “¿Porque hacéis esto?”, preguntó.

El musulmán contestó que en el Corán había muchos profetas, pero sólo uno hacía milagros, y éste era Jesús. Y su madre María era la virgen más casta sobre la tierra.

“Os pido perdón.”

“Estaba conmovido al escuchar esto de la boca de un musulmán. Él siguió diciendo que cuando oraban así ocurrían milagros y sanaciones una y otra vez. Pero odiaban a los cristianos, porque los cristianos no habían dejado de perseguir y matar a los musulmanes. Me arrodillé y dije: ‘Yo soy cristiano. Yo os pido perdón por todo lo que cristianos os han hecho.’ Se emocionaron con lágrimas en los ojos.”

Más tarde, el padre James vio a 33 de ellos escondidos secretamente en sus ejercicios. Le pidieron contarles más de Jesús. El padre James tenía miedo. “Ya me veía en la cárcel y decapitado.” Pero le insistieron. Finalmente les predicó a 256 musulmanes de su Corán a escondidas en el desierto. El Corán consiste en un 80% de la Biblia. Escogió Isaías 53 y Zacarías 12. La obra de salvación de Jesús. Comprendieron muy rápidamente, rechazaron el Corán y se hicieron bautizar.

“Aprendí mucho de mis hermanos musulmanes.”

“Aprendí mucho de mis hermanos musulmanes. Admiro su entrega, su compromiso, su constancia. Vosotros europeos tenéis todo esto en mucha menor medida. Orad por vuestros hermanos, pero hacedlo con amor, si no, no sirve de nada.”

Durante el descanso del mediodía, el padre James pide para nosotros el Espíritu Santo. Nos impone las manos. Detrás de los que están esperando hay gente para ayudar, dispuestos a recoger a quien se caiga. Las manos del padre James se posan sobre la cabeza y filas enteras de personas se caen. Están tumbados en el suelo, en el llamado descanso en el Espíritu. Dan la impresión de estar felices. Delante de mí cae Volker, el fontanero vestido de cuero, en los brazos de los ayudantes. 

Entonces se me doblan las piernas …

Entonces me toca a mí. Cierro los ojos, espero con las manos juntadas. El padre James me pide que las abra, me impone las manos, una presión suave, vibran sus manos y luego ocurre: mis piernas simplemente se doblan, siento la necesidad de dejarme caer, como si fuera un ligero vértigo repentino; me da igual si alguien me ve así, es simplemente bonito estar tumbado y descansar en el Espíritu. Más tarde, alguien me explica: “Es como si uno estuviera tumbado en la mesa de operaciones de Dios.” Una operación sin dolores, por el contrario, maravillosa.

La Santa Misa en honor a San Francisco se convierte en una acción de gracias por los dones recibidos. Nos dan la oportunidad de dar nuestro testimonio delante del micrófono. “Cada vez que dais testimonio sois bendecidos por ello y recibís fuerza para vuestra misión, para vuestra vida cotidiana. Me podéis escribir. Mi dirección está en mis libros. Todos los días, 18.000 personas leen los testimonios en mi página web.” 

Esfuerzo y recompensa abundante

Cuatro días llenos de fuerza terminan. Admitámoslo, fue cansado, pero de este esfuerzo sale una recompensa abundante. Helena y Christoph de Austria meten los pocos libros y CDs que han quedado en cajas; la mayor parte está vendida, los beneficios son para la misión del padre James.

Pasarán sus próximas vacaciones sacando los libros otra vez en otro lugar, en nuevos ejercicios. Así contribuyen a que Europa vuelva a ser consciente de su identidad. Pongamos nuestra parte.


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