Mensaje – 30 de noviembre - Adviento Música

“ESPERAD AL SEÑOR”

Así dice el Señor: “Mis queridos hijos, otra vez llega un tiempo para esperar al Señor, vuestro Salvador Jesús, para preparar la celebración de la Navidad. Que este tiempo de Adviento sea un tiempo de mayor oración, haciendo penitencia y caridad. En estos días Yo quiero abrir los ojos internos de vuestros corazones y ver al Jesús vivo, Mi Hijo, que mora en vuestro yo más interno con un amor más allá de toda comprensión y medida humana; y habiendo experimentado esto quiero que lo irradiéis a los demás con vuestras obras de amor. Cuando purificáis vuestros corazones del pecado, Yo junto con Mi Hijo vengo y moro en vosotros mediante el Espíritu Santo. Permitid que este sea un tiempo para apartaros de vuestros malos hábitos como las drogas, de fumar cigarrillos y de toda clase de comportamientos inmorales. Cuando abrís vuestro corazón y rezáis, seréis llenados con gracia y poder para encontrar a Jesús en vuestro corazón. Estad en gracia y con una actitud humilde y de sometimiento como María la madre de Jesús, para permitir que Jesús nazca en vosotros. Bienaventurados aquellos que abren su corazón y esperan al Señor con un corazón limpio.

Dejad que la celebración de la Navidad sea un compartir vuestro amor con los pobres, los enfermos y los abandonados del mundo. Reducid vuestros gastos en extravagancias y en lujos y haced colectas de regalos para los pobres, para que podáis encontrar muchas bendiciones en la Navidad y en el Año Nuevo que viene. No malgastéis vuestro dinero y riquezas en adornos externos que son un puro derroche. Deberíais saber que Dios no mora en las cosas que son hechas por las manos del hombre pero Él viene y mora en los corazones de Sus amados hijos que purifican  su corazón de toda suciedad. Reconciliaros con Dios y con los demás con una buena confesión de vuestros pecados y pidiendo perdón los unos a los otros. Deseo que las familias se reúnan en amor para rezar juntas, para que coman juntas y compartan amor los unos con los otros. El perdón y el amor son los mensajes principales que Mi Hijo ha traído al mundo. Sólo a través de Él puede vuestro corazón encontrar la paz. El mundo únicamente puede encontrar la paz  mediante Mi Hijo Jesucristo. Por haber rechazado la gente a Mi Hijo y por haber cerrado sus corazones es por lo que el mundo está en terror y en tensión. ¡Volved pueblo Mío al camino de Mi Hijo!.

Mediante el Adviento, la Cuaresma y otras prácticas pías, quiero que los cristianos y todos los demás que son buenos de corazón esperen la segunda venida de Mi Hijo. Vosotros, Judíos, que todavía estáis esperando a Jesús el Mesías, vosotros Musulmanes que creéis que Jesús vendrá de nuevo con Mahoma y vosotros Cristianos que recitáis en vuestro Credo: “Él vendrá de nuevo”, deberíais vivir juntos en paz y armonía para esperar al Salvador del mundo. No cerréis las puestas de vuestros corazones como hizo la gente en Belén.”
Leed:

Mt  1: 18-23; 5: 8; 25: 40
Mc 10: 21 
Lc 2: 1-20; 6: 38 
Jn 3: 15-18; 14: 20-24 
Rom 13: 12-14
Hech 17: 24
I Cor 6: 9-10
II Cor 13: 5 
Ef 3: 14-19; 5: 15-20
Col 3: 5-15
I Tess 3: 9-11
I Tim 3 : 16; 6: 18-19
Tito 2: 1-15
Ap 3: 20; 22: 12-17


MENSAJE XIV – 1 de noviembre – Fiesta de todos los Santos Música

“ALEGRAOS CON LOS SANTOS DEL CIELO”

Así dice el Señor, “Hoy es un gran día en la tierra y en le cielo para regocijarse. Hijos míos, podéis oír el sonido de la multitud de mis santos junto con todos los ángeles cantando alabanzas y aleluyas a mi Hijo Jesús su Señor y Rey y hacia mi, su Padre. Con alegría, los canonizados, los beatificados, y los no canonizados unidos a todos los santos en la tierra están celebrando esta gran fiesta de la victoria y triunfo con fuertes gritos y bailando; es la fiesta de la victoria sobre el pecado, es un triunfo sobre Satanás y la oscuridad. En este gran día también las almas en el purgatorio se regocijan en su corazón esperando su glorificación.

Hijos míos, es vuestra fiesta. Deberíais saber que el cielo hay más santos no canonizados que canonizados. Quizá vosotros podéis identificar entre ellos a alguno de vuestros seres queridos. Son los que mantuvieron su fe poseyendo a Jesús en su vida incluso en tiempos de aflicción y persecución. No se ajustan a los caminos del mundo sino que transforman su vida por la acción del Espíritu Santo. Siempre mantienen su vestido recibido en el bautismo limpio y blanco en la sangre del Cordero a través de su vida de oración y de sacramentos en la iglesia, la novia de Cristo pues saben que nada sucio entrará en el cielo. Mientras estuvieron en la tierra fueron lámparas ardientes y luz brillante y mediante su ejemplo de santidad han llevado a muchos al reino de Dios.

Mientras estuvieron en la tierra ya cantaban canciones de alabanzas y aleluyas en espíritu previendo su glorificación en el cielo. Aunque vivían en el mundo, no pertenecían al mundo. Siempre obedecieron y siguieron mis caminos y mis mandamientos dados a través de la Biblia y por la Iglesia. En la tierra su vida fue una con Cristo, pensaban en las cosas de arriba que son espirituales y no en las cosas de abajo que son carnales y mundanas. Siempre quisieron ser santos en cada aspecto de su contexto. Todos los que viven una vida santa en la tierra son mis santos.

Hijos míos, desde la creación del mundo, habéis sido llamados a ser santos, os doy gracia derramando mi Espíritu mediante mi Hijo Jesús para que podáis vivir una vida acorde a mi voluntad. Mi voluntad para vosotros es la vida santa. La Iglesia, el Cuerpo de Cristo, permanece Santa a través de la santidad de sus miembros. Me aflijo mucho en mi corazón cuando veo la no santidad de los miembros de la Iglesia que han sido redimidos incluso hasta con la última gota de la sangre de mi Hijo Cristo.

Si os encontráis en pecado, no perdáis la esperanza, también podéis convertiros en santos. La gente que vive una vida muy mala en la tierra pero que más tarde cambia su vida por medio de la conversión y el arrepentimiento, y que se lava y limpia en sangre del Cordero permaneciendo fiel y perseverante hasta el fin se encuentra incluso entre los santos canonizados. Hoy, hijos míos, tomad la decisión de convertiros en santos, venid y arrodillaros ante Jesús crucificado confesando vuestros pecados  diciendo: “Señor, he pecado, ten piedad de mi, he decidido seguirte con una vida de santidad y deseo ser contado entre tus santos del cielo”.  Mi Hijo Jesús que tomó todos los pecados de este mundo y la maldición del pecado sobre Su cuerpo, seguramente os perdonará y os santificará.

Vuestra vida en la tierra es temporal y transitoria; todo lo que experimentáis y disfrutáis con vuestros sentidos se disipará. Fijad arriba vuestros ojos y pretended la gloria eterna la cual está más allá de toda comparación. Aquí en la tierra, quizá no veis lo que seréis, porque vuestra gloria, victoria y triunfo no se ven y están ocultos, pero podéis estar seguros de que os volveréis como yo y estaréis conmigo viéndome cara a cara. Vuestro hogar auténtico y eterno es el cielo en donde tendréis una vida bendita con todos los santos y ángeles. Mi deseo es que todos los que creé a mi imagen y semejanza y enviados a la tierra para una vida en peregrinación regresen a mi santos e intachables para uniros a la beatitud y alegría de los santos y ángeles del cielo. ¡Mirad, Yo estoy siempre con vosotros!”
Leed: 

Gen 1: 26-27; 6: 5-6 
Mt 5: 3 – 12; 19: 27-30; 25: 1-10, 46 
Mc 8: 34-38; 10: 38-40
Lc 15: 7, 10, 32
Jn 6: 54-58; 15: 1-10; 17: 11-24 
Rom 1: 6-7; 12: 2 
II Cor 4: 16-18; 5: 21; 12: 9
Gal 2: 20; 3: 13
Ef 1: 4 
Col 3: 1-4 
I Tes 4: 3 
II Tim 3: 12 
I Pet 1: 15-16; 2: 9 
I Jn 3: 1-3
Ap 5: 6-14; 6: 9-17; 19: 1-10; 21: 22-27


MENSAJE XIII –  12 de octubre de 2008   Canonización de la Hermana Alfonsa Música

“YO ESTOY CON VOSOTROS EN VUESTRAS AFLICCIONES Y SUFRIMIENTOS”

Esto dice Jesús el Señor, “Yo se que muchos de mis creyentes y discípulos son perseguidos y asesinados en varios países paganos como por ejemplo en la India. Este es mi mensaje para aquellos que son perseguidos – VOSOTROS SOIS MIS AMIGOS, MIS HERMANOS Y HERMANAS, VOSOTROS SOIS HIJOS MUY PRECIOSOS DE MI PADRE EN EL CIELO, Y YO ESTOY MAS QUE NUNCA CON VOSOTROS Y CON VUESTRAS FAMILIAS. Vosotros sois más bendecidos que los demás porque sois insultados y perseguidos por Mi nombre; la razón de vuestros sufrimientos es que el Espíritu de Dios, mi Espíritu verdadero, que os santifica y os hace hijos y herederos de mi Padre y del reino, descansa sobre vosotros. Todos los creyentes en todo el mundo están con vosotros en un Espíritu, ayunando y rezando con amor por vosotros porque ellos saben que sois una parte de mi cuerpo, la Iglesia, y que soy Yo el que es perseguido en vosotros.

¡La luz quita la oscuridad del mundo! Así como la noche y la oscuridad temen la salida del sol, y el viento y el calor son una amenaza para las duros trozos de hielo, así también el mensaje de mi Evangelio de luz y el soplo de viento de mi Espíritu son amenazas para aquellos que viven en ignorancia y en la oscuridad sin conocer el Camino, la Verdad y la Vida. Los paganos y los gobernantes junto con los políticos conspiran el mal contra Mí y contra vosotros, mis ungidos, porque ellos viven en la oscuridad y en la sombra de la muerte y no conocen a mi Padre que les ama y tiene un plan para su bienestar y su buen futuro o a Mí que derramé hasta la última gota de mi sangre por ellos y por su salvación. Se acerca rápidamente el momento en que ellos se darán cuenta de su locura y con lágrimas y arrepentimiento me reconocerán a Mí como su Señor, y a vosotros, mis seguidores, como verdaderos testigos de la luz y la verdad, que ellos buscan en sus escrituras y rituales. Yo se que recientemente, despertados por el poder del Espíritu Santo habéis empezado a dar testimonio de Mí predicando el Evangelio, para que así los que no conocen la salvación puedan alejarse de sus caminos equivocados. Con certeza, por medio de vuestros esfuerzos, muchos de ellos públicamente o en secreto han encontrado la vida y la salvación en Mí y esa es la causa inmediata de la furia de las fuerzas del mal.

Es el momento en que debéis de estar unidos en un Espíritu para perseverar en la fe y no alejaros de vuestra fe y de la salvación que se os trajo no con plata ni oro sino por mis sufrimientos y derramamiento de mi sangre. Confronta las pruebas, aflicciones y sufrimientos con el valor de un soldado, sabiendo que por medio de ellos os estáis santificando y os estáis haciendo cada vez más y más dignos de mi reino. Todos aquellos que quieran ser mis creyentes auténticos y mis discípulos serán perseguidos así como yo también fui rechazado, perseguido y crucificado. Mis amados amigos y hermanos, ni la persecución, ni los desastres, ni la espada, ni los poderes de este mundo o del mundo del maligno deben separaros del amor por Mi Padre y por Mí colocado en vuestros corazones por el Espíritu Santo.

Por medio de vuestros sufrimientos cristianos, vosotros estáis llenando lo que falta en mis aflicciones y sufrimientos por la Iglesia, por lo tanto soy yo el que sufre en vosotros y con vosotros. Cada uno de vuestros sufrimientos está inscrito en el libro de la vida para vuestra gloria eterna. Todos los que han dado sus vidas como testimonio de su fe están en el cielo con los santos y los ángeles. ¡Si yo no hubiera sufrido y si no hubiera muerto, vosotros no hubierais sido salvados! Así como mis sufrimientos son la razón para vuestra alegría de salvación, así también vuestros sufrimientos se convertirán en la alegría de salvación para muchos. Así como yo derramé mi sangre por vosotros, así también vosotros derramáis vuestra sangre para la salvación de muchos; y por tanto os convertís más y más en partícipes de mi vida divina y compartís mi gloria. Así como la plata y el oro son purificados y se hacen brillantes en el fuego ardiente, vosotros también sois purificados y os hacéis hermosos por medio del crisol de los sufrimientos. Por lo tanto, amigos míos, alegraos y dad alabanza a Dios por todas vuestras dificultades y sufrimientos porque sois hechos dignos y  sois más privilegiados que muchos otros.

En este momento debéis aseguraros que vuestra conciencia está libre de todo pecado y de toda maldad; no permitáis que ninguno de vosotros tenga que sufrir como un asesino, un ladrón, un malvado o un intrigante. Perdonad a aquellos que os persiguen, amadlos en vuestro corazón, rezad por ellos, bendecidlos y nunca les maldigáis. No debéis devolver mal por mal++, por el contrario siempre buscad lo que es bueno en el otro y en todos. AHORA ES EL MOMENTO DE QUE VOSOTROS SEAÍS MIS TESTIGOS AUTENTICOS. Amad a vuestros enemigos y considerad a aquellos que os persiguen como vuestros hermanos y hermanas. Mis seguidores no deben de tener enemigos, sino sólo amigos y hermanos. Un día veréis que las manos que hoy os persiguen se elevarán en alabanza hacia Mi Padre y hacia Mí, y encontrarán su salvación en los sufrimientos que padecéis y en la sangre que derramáis.

Ninguno entre vosotros debe de alejarse de la fe y de la salvación regresando a su forma anterior de viva que era en la oscuridad y en la muerte. Vosotros debéis ser mi aroma para Dios en medio de vuestros compañeros cristianos, dándoos en fe valor el uno al otro, fortaleciéndoos el uno al otro con valor, siempre llevándoos vuestra carga el uno del otro, y mostrando, como mis escogidos y santos, compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. También debéis ser el aroma para los que os persiguen y se os oponen para que así el olor de vuestra santidad y salvación pueda traerles a la verdad y a la vida. Amigos míos: perseverad en vuestra vida de oración y participad de la mesa Eucarística donde fortaleceréis vuestra relación personal conmigo, tomando mucho poder y gracia. ¡Mirad! Yo estoy con vosotros en todos vuestros sufrimientos, os doy mi gracia y mi poder, siempre regocijaros en Mí y en mi amor y cuidado por vosotros. No temáis a aquellos que pueden matar vuestro cuerpo, sólo temed al enemigo que puede matar a ambos, a vuestra alma y a vuestro cuerpo”
Leed: 

Salmo 2: 1-2 
Jer 29: 11-13 
Mt 5: 10-12; 10: 16-33; 24: 9 
Jn 16: 1-4 
Hech 1: 8; 4: 25-31; 9: 4, 16; 19: 22 
Rom 8: 35-39 
I Cor 4: 9-13 
II Cor 4: 7-18; 11: 21-33 
Ef 6: 10
Col 1: 24; 3: 12-17 
I Tes 5: 15
II Tim 3: 12 
Heb 13: 3 
I Ped 1: 6, 18-19; 3: 13-18; 4: 12-19
Ap 7: 14-17 


MENSAJE XII –  21 de agosto – Fiesta de Pío X Música

“LUCHA Y DERROTA AL ESPIRITU DE LA MUERTE”

Así dice el Señor: “Hijos míos, quiero que luchéis contra del espíritu de la muerte y derrocar a la cultura de la muerte. Desde que los ángeles frustrados y derrotados fueron arrojados sobre la tierra, tienen envidia de mis otras criaturas especialmente del ser humano al que creé a mi imagen y semejanza y con el que comparto mi vida y amor. Su primer intento de traer una cultura de la muerte fue en el Jardín del Edén haciendo que el hombre me desobedeciese y así le separó de mí, trayendo la muerte sobre él. Yo ya les había dicho que el día que me desobedecieran morirían, pero ellos no me obedecieron a mí sino a la voz  del enemigo que les dio la falsa promesa de hacerlos dioses. El mismo espíritu de la muerte se introduce hoy en el ser humano con el espíritu de la desobediencia y de la rebelión, de esta forma el hombre va en contra de todas las reglas y mandamientos establecidos.  La antigua serpiente, el engañador de toda la humanidad, continúa obrando con todos sus planes astutos y engañosos y mucha gente se convierte en su víctima y de esta forma el pecado se está incrementando en el mundo, y por consiguiente muchos mueren en su pecado. Es un león rugiente que merodea por el mundo sembrando la semilla del odio, la enemistad, la violencia y la venganza en el corazón de la gente.

Satanás, el destructor y el asesino de vidas ha traído a la tierra la cultura de la muerte. Yo le avisé a Caín, el primer asesino en la tierra, que el demonio del pecado de asesinato estaba merodeando en la puerta de su corazón, pero él no me escuchó sino que se convirtió en una víctima del plan embustero de Satanás. El mismo demonio del asesinato con sus compañeros continúa devastando y destruyendo vidas con diferentes formas de muerte como guerras, terrorismo, aborto, eutanasia, suicidio, clonación humana, experimentos con embriones y fetos etc. El demonio de la muerte está tras la distribución y el consumo de drogas destructivas como el alcohol, el tabaco, etc. las cuales o bien acortan la vida o provocan enfermedades incurables que conducen prácticamente a la muerte. Está actuando tras todas las formas de inmoralidad y perversión que son la razón principal del aumento del aborto. Todo lo que Satanás hace es para prevenir el crecimiento de la raza humana y traer toda la destrucción y aniquilación posible sobre la humanidad.

Satanás está actuando en la acumulación de armas atómicas y nucleares capaces de destruir toda la humanidad e incluso a todo el planeta. Está obrando trayendo todo tipo de polución sobre la tierra originando catástrofes ecológicas. El demonio de la muerte está trabajando en el corazón de cada hombre o mujer que esté planeando el suicidio. Trabaja también usando a los políticos y a los gobernantes del mundo promulgando leyes para el aborto, la eutanasia etc. y fabricando armas destructivas para hacer la guerra y para matar. Es triste que muchos líderes y gobernantes de naciones sean miembros de los templos de Satanás y de las logias de las masonería las cuales están totalmente en contra de la fe y de Dios y son los que hacen leyes contrarias a la leyes naturales y a las divinas.

El Satanás de la muerte difunde la gran mentira de que la sobrepoblación sea la razón de la pobreza y del hambre, y así numerosos gobiernos legislan para que haya familias pequeñas controlando el nacimiento de los niños con diversas técnicas y métodos e incluso mediante el aborto. Oculta que la desigual distribución de los alimentos, la discriminación y la explotación sean las verdaderas razones de la pobreza y del hambre. Cegó y oscureció los ojos y los corazones de la gente para que comprendiesen y pusiesen en práctica los mensajes que de amor y de compartir dados por mi Hijo Jesús. Se introduce en la gente joven y les dice que no se casen porque está en contra de la procreación de niños para que continúe la humanidad a través del matrimonio y siembra la semilla del temor a los hijos en el corazón de las parejas casadas. ¡Está intentando especialmente terminar con los creyentes en Jesús quién es el dador de vida y la esperanza de todo el mundo! En muchas naciones cristianas está disminuyendo el número de creyentes porque las tasas de natalidad son muy bajas.

Hay incluso religiones, culturas ideologías y filosofías conformadas de mentiras y distorsiones de la verdad, que animan al terrorismo, al derramamiento de sangre, al asesinato de los demás en nombre de su dios. Satanás engaña a millones y millones de personas para que sigan a esas religiones e ideologías. Cualquier religión o secta que promueva el asesinato de los enemigos y la muerte de los que no están con ellos está dirigida por el demonio del asesinato.

Hijos míos, vosotros que creéis en mi Hijo Jesús estáis elegidos como raza y pueblo mío; tenéis que ser conscientes de las tácticas de Satanás que está destruyendo a la humanidad sobre la tierra y luchad con uñas y dientes contra ello, debéis difundir el mensaje de la vida a todo el mundo y proclamar que Jesús es el único camino, la verdad y la vida y todos los que creen en El y Le siguen tendrán vida en plenitud. A través de Su Espíritu, el Espíritu Santo, el dador de vida, debéis mostrar la cultura de la vida que ama la vida y se identifica con la vida. La fe en Jesús y en Su iglesia, que es Su cuerpo, es lo único que puede salvar al mundo de su destrucción y aniquilación. Las tácticas de Satanás y su reino no prevalecerán sobre la Iglesia que ha sido fundada sobre Jesús como piedra y sobre Sus Apóstoles. Jesús el dador de vida, ha hablado palabras dadoras de vida y son atesoradas en la Biblia. Ha nombrado al Papa, Su embajador, Su representante real sobre la tierra y la cabeza de la Iglesia para conducir y guiar a todos los que creen en Jesús hasta la plenitud de la verdad.  SOLO LA VERDAD PUEDE HACER LIBERAR A LA HUMANIDAD DE  LAS MENTIRAS Y ENGAÑOS DE SATANAS, Y ESA VERDAD ES EL MISMO JESUS Y SU PALABRA. Por tanto, salvad este mundo del demonio y de la cultura de la muerte siguiendo a Jesús, el dador de vida, y trayendo a El a todo el mundo. No os dejo huérfanos, pero estaré con vosotros con mi Espíritu, Hijos míos”
Leed: 

Gen 1: 27; 2: 17; 3: 1-7, 19; 4: 7
Ex 1: 15-16, 22
I Sam 16: 14; 22: 11-19
Mt 2: 16-18; 5: 43-47; 12: 22-28; 25: 31-40
Mc 1: 21-28; 5: 1-15 
Lc 1: 31-33; 2: 11; 4: 40-41; 6: 38; 8: 22-25; 9: 37-43; 13: 15-17; 22: 3-6
Jn 3: 16; 5: 24-26; 6: 47, 54-58; 8: 34-47; 10: 10; 11: 25; 13: 34-35; 14: 6; 16: 13
Hech 1: 16-20; 2: 32-36, 42-47; 3: 14-15; 4: 34; 5: 12-16; 13: 6-12; 19: 13-20
Rom 1: 21-23; 5: 15-21; 6: 23; 7: 5; 10: 9-13; 14: 7-9
I Cor 15: 18-19, 50-57 
II Cor 2: 15-16; 4: 4, 11-12; 11: 3
Gal 2: 20
Ef 2: 1-2; 5: 3-5; 6: 10-18
Col 1: 13-20; 2: 8-15; 3: 1-4
I Tim 4: 1-2; 6: 17-19
II Tim 1: 9-11; 2: 9-13; 4: 3-5
I Tes 1: 5; 3: 9
Sant 2: 8, 14: 26; 4:1-10
I Ped 2: 9; 5: 8-9 
I Jn 3: 15; 5: 11-12
Ap 12: 7-8, 17-18


MENSAJE XI –  6 de julio –Música

“ESTOY HARTO DEL INCREMENTO DE LA INMORALIDAD EN EL MUNDO”

Así dice el Señor: “ Hijos míos, mi voluntad para cada ser humano sobre la tierra, a quién he creado a mi imagen y semejanza es la santidad de vida. No podéis vivir esta vida de santidad sin mi, la fuente de la santidad. Tenéis que aceptarme como vuestro creador y Padre, y creer en mi Hijo, a quién envié al mundo como Salvador y Señor, que mora en nosotros a través del Espíritu Santo, el santificador, para vivir una vida santa. Ahora, rechazándome a mí y a mi Hijo con el poder del Espíritu Santo, estáis nadando en el océano de la inmoralidad y de la no santidad, bebiendo de la copa de la condena, no sabiendo ni donde estáis ni donde estaréis.

Mi corazón está más ofendido y afligido que nunca viendo el incremento de la inmoralidad y las perversiones del mundo. En el pasado cuando la gente de Sodoma y Gomorra se satisfacía con la promiscuidad y los vicios antinaturales, especialmente la homosexualidad, destruí a esas dos ciudades con toda la gente y todas las demás criaturas vivientes. Cuando los israelitas, mi pueblo escogido, tuvieron relaciones inmorales e ilícitas con las mujeres de Moab, le ordené a Moisés, mi amigo bienamado que ordenara que los matara; efectivamente, más de 24000 fueron muertos por su inmoralidad y así purgué a los israelitas y los mantuve como mis santos.

Envié a vosotros a mi único hijo engendrado -Jesús- para que pudieseis ser salvados de vuestros pecados. El reveló mi amor misericordioso e indulgente perdonando a las prostitutas y a los inmorales dándoles la gracia para no pecar más. Antes de ascender a mí, Le dio a la iglesia el poder y la autoridad que Yo le di en la tierra, especialmente el de perdonar y absolver a los pecadores y de liberar un pueblo santo para mí y ansioso de hacer el bien. Ellos constituyeron la iglesia, la casa de Dios, el cuerpo de mi Hijo, a través del que derramé mis bendiciones a toda la humanidad. Ahora la iglesia no es santa por el incremento de gente inmoral y pecaminosa. Hijos míos, vosotros que queréis ser mis auténticos hijos, no os asociéis con lo inmoral y os urjo a purgaros eliminando a las malas personas de entre vosotros así como purgué a los israelitas porque sois una nación santa, llamada y escogida como mi propiedad.

Continúo enseñándole a mi pueblo el camino de la santidad, los principios de la vida moral y los valores los valores de la vida humana a través del Papa, el embajador, el supervisor, el vigilante de mi pueblo, la roca sobre la que fundé mi iglesia y a la que le di las llaves del Reino de los cielos. A través del poder y de la autoridad que le he dado a la iglesia continúo dando mi amor, perdón y misericordia a aquellos que vienen con fe y con arrepentimiento. Hoy, veo el incremento de la desobediencia a la autoridad enseñada por la iglesia, el pilar y el fundamento de la verdad, algunos de vosotros incuso estáis protestando, insultando e hiriendo al Papa, a los obispos y a los sacerdotes que enseñan la enseñanza correcta y auténtica del Señor. En vuestra terquedad y persistencia decís que soy yo quién creó los homosexuales, los inmorales y los criminales. Os justificáis a vosotros mismos a la vista de los demás, pero conozco vuestros corazones; lo que es humanamente estimable es una abominación a mi vista.

Incluso algunos de mis sacerdotes y líderes ungidos están viviendo en la inmoralidad y dicen que no hay pecado negando la necesidad de arrepentimiento y de confesión. Estoy contra esos pastores y líderes que violan mi ley y profanan lo que es santo para mí no distinguiendo entre lo sagrado y lo profano, lo limpio y lo sucio. En el pasado, siempre que decidí volver mi cólera hacia la humanidad para traer castigos, tomé nota de las manos santas de los sacerdotes que levantaban el cuerpo y la sangre de mi Hijo en los diversos altares por todo el mundo y de los miles de monjas religiosas y gente santa que levantan sus manos santas suplicando misericordia para la tierra y detienen el castigo del mundo. Día a día, el número de estas personas está descendiendo.

La mugre y la peste de los pecados de inmoralidad, perversión y vicios antinaturales como la bestialidad, homosexualidad, lesbianismo, adulterio, fornicación, concubinato, cohabitación, con desprecio al sacramento del matrimonio, y los abortos consiguientes, el uso de la píldora y de los contraceptivos para prevenir y terminar el embarazo etc. están contaminando la tierra y trayendo sobre ella innumerables maldiciones. El demonio de la pornografía ha invadido toda esfera de la vida humana atrayendo al corazón humano a la inmoralidad con toda forma de deseos y pasiones. La tierra gime y se desvanece, todo lo que vive languidece; terremotos, huracanes y tsunamis por todas partes… especies de plantas, pájaros. Peces y animales desaparecen… asesinato y destrucción… hombres destruyéndose sí mismos con guerras y terrorismo. Junto con la explotación y la corrupción, la distribución desigual de la riqueza ha hecho a los pobres más pobres y a los ricos más ricos. Hay hambrunas y desgracias en diversas partes del mundo.

Los gobernantes de las naciones han perdido su conciencia y han hecho un pacto con Satanás que miente y asesina; y en el nombre del secularismo y el relativismo están forzando a la gente a abandonar su fe en el Creador, la fuente de la vida, amor, bondad y prosperidad. Ellos creen que progresan pero están yendo fatalmente hacia atrás y no hacia adelante. La humanidad se está desintegrando y moviéndose lentamente hacia su extinción.

Hijos míos, mis reprensiones y castigos no están lejos. Estoy ofendido y afligido; mi cólera puede arder a cualquier hora para consumir la tierra con fuego. Pronto vendrá mi Hijo para cribar al mundo; separará a la buena gente de la mala. No es demasiado tarde para arrepentirse y regresar. No sabéis aún cuando El vendrá, así que estad despiertos, escuchad y responded mi palabra que puede cortar vuestro corazón como con una espada, romper vuestra mente como si fuera con un martillo y quemar vuestro espíritu como si fuese con fuego, para que podáis ser rotos, moldeados y purificados. ¡Mirad que yo estaré con los que guardan mi palabra!.
Leed:

Gen 1: 27-28; 19: 23-28
Núm 25: 1-13
Is 24: 4-6;
Jec 2: 13; 3: 12-14; 23: 29
Ez 3: 17; 22: 26
Jon 3: 4-10
Mt 1: 21; 16: 16-18
Mc 6: 17-19; 13: 9-13, 32-36
Lc7: 47-50; 16: 15; 21: 10-11, 25-28
Jn 3: 16; 8: 11, 44; 10: 10; 15: 5; 20: 22-23
Hech 2: 19-21; 3: 19-21
I Cor 5: 9-13; 10: 8
Col 1: 18
I Tim 1: 15
I Tes 4: 3-8
Tit 2: 14
Heb 4: 12
I Ped 2: 9; 5: 2
Jud 1: 7
Ap 12: 7-8


MENSAGE X –  Sagrado Corazón de Jesús – 30 de mayo –Música

"VEN A MI CORAZON"

Así habla el Señor: "Queridos amigos, bajé a la tierra y viví entre vosotros para amaros. Al apiadarme de vuestro estado miserable de pecado y de sufrimiento, tomé personalmente sobre mí todos vuestros pecados y sufrimientos con todas sus consecuencias para que pudierais encontrar en mí perdón, sanación y liberación. El amor de Mi Padre por vosotros fue tan grande que me hizo pecar, a quien no conocía el pecado y me permitió morir en la cruz como un criminal para que encontraseis la reconciliación, la justicia, la santificación, la redención y la vida. Mi amor compasivo por vosotros fue tan intenso que permití que mi corazón fuese roto para vosotros. Amigos míos, ¿hay alguno que haya roto su corazón para expresar su amor? ¡pero yo lo hice por vosotros! Permití incluso hasta la última gota de mi sangre que fluía de mi corazón para que pudierais ser mi pueblo elegido que es lavado, limpiado y sanado y ansioso de hacer la voluntad de Dios y de hacer el bien a los demás.

Si os he amado hasta el punto de romper mi corazón por vosotros, ¿no estáis vosotros obligados a amarme en correspondencia? Si sólo guardáis mis mandamientos y leyes, podéis amarme. Si continuáis en vuestro camino de desorden y pecado, estáis afligiendo mi corazón y recrucificándome. Hace mucho, cuando vuestros antepasados estaban sumidos en el pecado, fueron castigados con un diluvio. Ahora, cuando Mi Padre baja la vista hacia la tierra, ve la terquedad y los pecados de mi pueblo, os muestra el amor y la misericordia a través de mi Cuerpo y Sangre elevados por las manos de los sacerdotes santos en varios altares por todo el mundo. Cuando El me ve diariamente partiendo mi propio cuerpo y derramando mi propia sangre por vosotros, El deja de castigaros pero siente una gran compasión y amor por vosotros. Pero deberíais saber que misericordia y cólera son parecidos en El. No retraséis vuestra conversión; no la aplacéis de un día para otro.
Yo no os rechazaré mi os abandonaré, pero espero vuestro regreso y cambio de vida, cuando retornáis os recibo con un amor imperecedero perdonando y olvidando todo vuestro pasado, haciéndoos hijos míos y coherederos para sentarse a mi lado junto a Mi Padre. Queridos bienamados amigos: descubriréis los latidos del corazón de mi amor el poder de la sangre y del agua que fluye de mi corazón, en mi cuerpo, la iglesia. Debéis saber que la sangre representa vida y el agua representa Mi espíritu. ¡Al derramar mi vida y mi Espíritu es cuando fundé la Iglesia! Yo soy la cabeza del cuerpo, la iglesia, el hogar de Dios, el pilar y fundamento de la verdad. Cuando os atrevéis a abandonar la iglesia y los sacramentos, las fuentes de mi vida y de mi Espíritu, estáis rechazando mi amor. No quiero que rechacéis mi amor que os es ofrecido gratuitamente y que muráis en vuestro pecado. No os quiero ver deambular en tristeza y hambrientos, excavando cisternas en vuestro camino que no os dan ni vida ni Espíritu.

Cuando pensáis en mí y me encontráis a través de los sacramentos en la iglesia, en vuestra vida son satisfechas toda vuestra hambre y sed. No hago discriminaciones, cada uno de vosotros es precioso para mí y tengo sed de cada uno de vosotros y no quiero que ninguno de vosotros se pierda. Traed vuestro corazón a mi corazón y experimentad mi amor que fluye siempre, el cual os transformará de gloria a gloria y de santidad a santidad hasta que seáis como yo. Sembraré en vuestro corazón las semillas de todas las virtudes y las cualidades de mi vida. Vosotros todos, estáis siendo consagrados por mi ofrenda perfecta en la cruz porque os ofrecí y consagré a todos vosotros en mi cuerpo. Cualquier cosa que queráis consagrar,  a vosotros mismos, vuestro hogar, vuestros actos y todo lo que tenéis, consagrarlo a través de mi corazón. Vosotros no podéis haceros santos y consagraros a otra criatura porque Yo quién os ha llamado soy santo y sed santos como yo soy santo.

En los tiempos de confusión y crisis, en momentos de soledad, o rechazo, en situaciones de dolor o pena, en la tentación o en el pecado, en el riesgo y en el peligro, en la enfermedad o en la catástrofe, mirad a mi corazón roto y encontraréis amor, aceptación, perdón, paz, consolación, sanación, etc. Si venís a mí con todo vuestro corazón nunca os rechazaré, amigos míos. Yo no soy humano pero soy vuestro Dios y Señor, que os ama con un amor imperecedero. Yo estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo”
Leed: 

Gen 6: 5-13
Sir 5: 7-8 Is 43: 4; 44: 1-2; 54: 10
Jer 2: 13 Mt 8: 17
Lc 15: 20-32
Jn 1: 29; 3: 16; 6: 35-37; 8: 46; 14: 15; 15: 10, 13; 17: 2; 19: 34-37
I Cor 1: 30
II Cor 5: 21 Gal 4: 4-7
Ef 2: 19-22
Col 1: 18; 2: 9-15 I
Tim 3: 15
Tit 2: 14 
Heb 4: 15; 6: 6; 10: 14-17
I Pet 1: 15-16; 2: 24 I
Jn 3: 4


MENSAJE IX – Domingo de Pentecostés – 11 de  mayo de 2008  –Música

“SED UN PARÁCLITO”

Así habla el Señor: “Hijos míos, estáis celebrando la mayor fiesta de la Iglesia, Pentecostés, que es la fiesta del Espíritu Santo – el Espíritu que os ha hecho hijos míos y herederos de Dios y coherederos con Cristo, Mi Hijo. A través de Él estáis llamados a la libertad, la libertad de los hijos de Dios; ya no estáis más bajo la esclavitud del pecado y de Satanás, sino que sois conciudadanos con los santos y miembros del hogar de Dios edificado sobre los cimientos de los apóstoles y de los profetas, con Mi Hijo, Jesucristo como piedra angular.

El Espíritu Santo, el Espíritu de mi Hijo que mora en vosotros, es mi mayor regalo para vosotros. El continúa en vosotros y a través de vosotros las obras de mi Hijo, y concluye las obras propias del Espíritu Santo, que es la construcción de una nueva era, un nuevo reino, donde una multitud incontable de cada nación, raza, pueblo y lengua alabarán a Dios en Espíritu y verdad habiendo lavado sus ropas blanqueándolas como la nieve en la sangre del Cordero, con alegría, paz y consuelo en su corazón, pues el mundo viejo de lágrimas, luto, velatorios y dolor  ha pasado. El nuevo mundo viene cuando la gente se ama entre sí, se ayuda, se sirven y fortalecen entre ellos con el amor que han recibido en su corazón mediante el Espíritu Santo.

Tenéis que saber, hijos míos, que el Espíritu Santo, el paráclito, el consolador y defensor estará siempre con vosotros dándoos la vida continua y la presencia gloriosa y radiante de vuestro Salvador Jesús y Mía, Yo vuestro Padre amoroso y compasivo. Vuestra vida y ciudadanía verdaderas están en el cielo y el don del Espíritu Santo se os da como un sello de garantía y primer plazo para vuestra vida eterna.  No perdáis este sello pecando, sino que creced en gracia y en bendiciones del Espíritu Santo para pagar todos los plazos para llevar a término vuestra vida de perfección.

Si estáis convencidos de que habéis recibido el espíritu Santo, el Paráclito, TENEIS EL DEBER DE SER OTRO PARACLITO PARA VUESTROS VECINOS que no han encontrado este regalo. Muchos de vuestros vecinos tienen su salma hambrienta pues no reciben el pan de vida ni la vida del agua viva. Tienen el corazón hecho pedazos porque han roto la relación conmigo y entre sí; están heridos y desesperados viviendo en la oscuridad y en la ceguera de la esclavitud del pecado. Ni ven la luz ni vienen a la verdadera luz, Jesús, quién sólo  puede liberarles mediante el Espíritu Santo. Algunos de ellos son arrastrados a la condena eterna por Satanás, el diablo, el espíritu del mal que obra a modo de enemigo del espíritu de Cristo. Vosotros, hijos míos, debéis ser sobrios y vigilantes contra las tácticas del mal, vuestro oponente, que intenta destruir la nueva era y la nueva vida que he traído a este mundo por medio del Espíritu Santo. El y sus colegas, los ángeles caídos, están intentando hacerlo lo mejor posible para traer una falsa nueva era a través de su presencia oculta y de las potestades fingiendo incluso que son ángeles buenos y dioses efectuando signos y maravillas

Cientos de miles de personas en la tierra, incluso los que están bautizados en la Iglesia, habiendo perdido la acción y el poder del Espíritu Santo están vagando con sentimientos de culpa, depresión, soledad, temor y rechazo, odiando su propia vida con sentimientos e intentos de suicidio y odiando a los demás generando entre ellos violencia, terror y asesinatos. Hay niños que son abusados emocional y sexualmente por los mayores, hay mujeres embarazadas que planean matar a sus bebés en el vientre con el aborto, y hay también mujeres que se sienten culpables y con miedo por los abortos que han cometido, hay gente que ha perdido la fe en Dios al haber perdido a sus seres queridos y cercanos, y hay muchos que están mental y físicamente enfermos que necesitan vuestro consuelo y palabras de cariño y gestos consoladores para su liberación, salud y vida nueva.HOY OS UNJO DE NUEVO A CAMBIAR CON MI ESPIRITU PARA SER PARACLITOS PARA ESTE MUNDO RESQUEBRAJADO QUE NECESITA LIBERACION, SANACION Y CONSUELO.  Ofreced la experiencia de mi reino, la nueva era, que es justicia, consuelo, paz y alegría a aquellos que estén en necesidad. Os lleno de dones y carismas para predicar el evangelio de salvación a todos, para expulsar demonios, para imponer las manos a los enfermos, para buscar y encontrar a los que se alejaron de mi reino. Dando es como recibiréis, dad todo lo que habéis recibido de mi Espíritu para que recibáis más y más. Dejad que vuestras palabras, acciones e incluso vuestra misma vida traigan la fuerza del Espíritu a los que están en la iglesia para que puedan crecer y ser fortalecidos bajo el consuelo del Espíritu Santo. Para un mundo que ha perdido los valores de la vida y la moralidad trayendo indisciplina, anomalía, confusión y caos, SED UN PARACLITO DEFENSOR, para defender la vida, la moralidad, la justicia y la verdad. Avanzad siempre con la fuerza y el coraje del Espíritu, no miréis hacia atrás. Contemplad el Paráclito, el Espíritu Santo está siempre con vosotros”.
Leed: 

Sal 51: 13
Is: 1: 18
Amós 8: 11-12
Mt 5: 48; 24: 24
Mc 16: 15-20
Lc 6: 38
Jn 3: 19-21; 4: 21-24; 6: 35; 8: 12; 14: 15-16
Hech 2: 1-5, 42-47; 9: 31
Rom 5: 5; 8: 16-17; 15: 4-6
II Cor 1: 20-22; 11: 14
Gal 4: 6-7; 5: 1, 13
Ef 2: 1-9, 19-22; 4: 30; 6: 10-12
Fil 3: 3
I Tes 5: 11
I Ped 5: 8-9 
Ap 7: 9-14; 21: 4-5


MENSAJE VIII – Domingo de la Misericordia Divina– 30 de marzo  –Música

“LA INCONMENSURABLE MISERICORDIA DE DIOS”

Así habla el Señor: “Hijos míos, el clamor contra los pecadores es tan grande porque sus pecados son muchos y graves. Mi corazón está muy herido y afligido por los pecados de la humanidad. Si tomara todos sus pecados y sus consecuencias en mi tribunal, habría condena suficiente como para condenarlos a todos a la pena eterna. Pero el peso de mi misericordia es más grande que la del pecado y la de las ofensas. Podeís ver la culminación de mi misericordia y amor en el corazón quebrado de mi Hijo bienamado en la cruz. La lanza que atravesó su corazón representa a cada uno de vuestros pecados mortales y la sangre y el agua que fluyeron de su corazón representan el océano de mi amor compasivo por vosotros.

Cuando Adán y Eva pecaron en el paraíso, os mostré mi amor compasivo por ellos al tenerlos alejados del fruto del árbol de la vida. Si hubieran comido del árbol de la vida en su estado de pecado, ellos y sus descendientes habrían quedado retrasados e incapacitados para siempre para tener la vida ya prometida a través de mi Hijo Jesús. Cuando Caín mató a su hermano Abel, os mostré mi amor compasivo al poner sobre él una marca para que no fuesen lapidados hasta la muerte por su asesinato. Cuando vuestros primeros padres me ofendieron gravemente con su perversidad decidí destruir la tierra con un diluvio pero mostré mi amor compasivo al salvar a le familia de Noé a través de la cual la humanidad y todas las criaturas sobrevivieron posteriormente. Mí cólera fue encendida por la inmoralidad y las perversiones de la gente de Sodoma y Gomorra pero Yo mostré mi amor compasivo sobre Lot y su familia.

Mi corazón compasivo es el que me urgió a enviaros a mi único Hijo para que tomase sobre sí mismo todos sus pecados y ser el chivo expiatorio de vuestros pecados e iniquidades. Le permití ser azotado y herido por todo su cuerpo, sufrir en la cruz una muerte de criminal y que  le quebraran su corazón por vosotros derramando hasta la última gota de su sangre. Ahora, para que podáis tener acceso a este océano de mi amor y misericordia inconmensurables estoy presente en cuerpo y sangre en santo sacramento de la Eucaristía. ¿Con qué más puedo expresar mi misericordia y amor inconmensurables?

En mi Hijo Jesús experimentaréis  el amor y la misericordia de un buen Samaritano que lava, cana, consuela  cuida a los marginados, a los heridos y a los moribundos con el aceite de su amor. El es un buen pastor que va tras y busca a la oveja perdida dejando a las otras noventa y nueve en la montaña desprotegidas; y en él me veréis a mí, vuestro padre, esperando ansiosamente a que vuelva el hijo perdido  para abalanzarse sobre él, para recibirlo con un abrazo, para vestirle con un vestido blanco dándole anillos nuevos y zapatos y preparando una gran fiesta con el becerro cebado.

No puedo comprometerme con el pecado, soy un Dios que no puede declarar a la inocencia culpable, y castigo a los hijos y a los nietos de la tercera y cuarta generación por la maldad de sus padres; pero a la vez soy un Dios compasivo hacia los pecadores que se apartan de su pecado y vienen a la fuente de mi misericordia; mi misericordia se derrama a  miles de generaciones sobre los que se arrepienten y deciden amarme guardando mis mandamientos. Se está aproximando muy rápidamente la hora en que mi Hijo Jesús, recoja juntos a todos los que le pertenecen y me entregue en mano el reino con todos los que le pertenecen. Por tanto, hijos míos, os exhorto seriamente a permanecer intachables e hijos inocentes de Dios sin mancha, lunares o arrugas, resplandeciendo como luz del mundo en medio de esta generación retorcida y perversa. Esta es la hora de mi misericordia inconmensurable, derramada sobre toda la humanidad a través del corazón quebrado de mi Hijo único. Apartaos de vuestro pecado con un arrepentimiento profundo y acudid a su corazón.

Si ya habéis encontrado mi misericordia, no seáis ni orgullosos ni presuntuosos suponiendo que ya sois perfectos. Tenéis que continuar yendo al Sagrado Corazón de mi Hijo para vosotros mismos sumergiros diariamente en mi amor misericordioso y para que podáis estar protegidos de la tentación a pecar, de las tácticas del diablo, de las inquietudes mundanas, del señuelo de los ricos y del deseo sensual con todas sus pasiones. Si sois mis verdaderos hijos, también deberíais ser misericordiosos con los demás como yo soy misericordioso, perdonar a todos de corazón y mostrar vuestro amor y compasión incluso por vuestros enemigos. Tened siempre en mente lo que mi Hijo Jesús os ha enseñado: “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”.

Traed todas las almas que están necesitadas de mi inconmensurable misericordia y sumergidlas en el océano de mi amor que fluye del corazón de mi Hijo: a los clérigos, a los casados, los solteros, los jóvenes y los niños, especialmente a aquellos que están en el vientre de sus madres. Traed a los apóstoles que se han alejado de la fe y de la salvación, a los no creyentes y  a los que no conocen a mi Hijo para que las compuertas de mi misericordia divina puedan abrirse y fluya en ellos y los salve. Traed también a las almas del purgatorio especialmente a las más abandonadas y a los que tienen una gran necesidad de salvarse, al océano de mi misericordia. Si hacéis todo esto, obras corporales y de misericordia como ayudar a los pobres y a los huérfanos, visitar a los enfermos y a los presos y obras de misericordia espirituales como amonestar a los pecadores y traerlos al arrepentimiento, predicando el Evangelio y siendo pacientes con los que están en el error, perdonando ofensas, consolando y aconsejando a los que son rechazados y sufren y rezando por los vivos y los muertos, VUESTRA ORACIÓN DE INTERCESION SERA ALTAMENTE MERITORIA Y ACEPTABLE ante el trono desde donde fluyen todas las bendiciones para todo el mundo. Hijos míos, yo estoy siempre con vosotros.”
Leed: 

Gen 3: 15, 22-24; 4: 14-16; 6: 5-6; 18: 20-21; 19: 27-29 
Ex 25: 6; 34: 6-7 
Sal 78: 8 
Is: 1: 18-20; 53: 4-8 
Zac 12: 10 
Mal 3: 7-10 
Mt 5: 43-48; 9: 36; 11: 28; 18: 35; 25: 34-40 
Mc 1: 40-42; 4: 15-20; 14: 71-72 
Lc 9: 41; 6: 36; 10: 30-35; 15: 4-7, 11-24 
Jn 4: 13-14; 7: 37-39; 8: 10-11; 10: 11-16; 19: 34-37 
Hech 2: 40; 3: 15-21; 4: 8-12; 10: 34-43; 17: 30-31 
Rom 3: 23-26; 5: 6-11; 11: 30-32; 14: 17 
I Cor 1: 30-31; 10: 1-5; 15: 22-25 
II Cor 5: 16-21, 8: 8-9 
Gal 3: 10-14; 5: 24-26; 6: 9-10 
Ef 2: 1-10; 5: 25-26 
Fil 2: 15; 4: 8-9 
I Tim 1: 12-17; 6: 14-19 
II Tim 1: 15-18 
Tit 3: 4-8 
Heb 9: 14; 10: 22 
Sant 5: 19-20 
I Ped 18: 21


MENSAJE VII – Pascua 2008 – 23 de marzo    –Música

“YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA”

 Así habla Jesús, el Señor: “Mis queridos y bienamados amigos, ¡hoy estáis celebrando vuestra propia fiesta! Como habéis ejecutado a vuestra parte mundana – inmoralidad, impureza, pasión, malos deseos y orgullo– y habéis crucificado a vuestro viejo yo con todas sus ataduras y deseos hacia la carne y el mundo, entonces HABÉIS RESUCITADO CONMIGO a la novedad de vida. De la misma forma que cuando resucité de la tumba, me mostré a mis discípulos y apóstoles, vosotros también tenéis que mostraros al mundo que habéis resucitado del pecado y de la muerte y de esta manera quiero que seáis testigos de mi resurrección. Os doy el mismo mensaje que a María Magdalena y a los discípulos – id y decid que he resucitado y que estoy vivo. Vosotros, cristianos míos, tenéis que estar muy felices en vuestra vida porque conocéis el significado y los problemas de vuestra vida puesto que ya sabéis lo que os está esperando en el futuro. Vuestra vida está llena de esperanza porque sabéis siempre que veréis mi rostro, y que viviréis y reinaréis conmigo para siempre en mi reino. Sois una raza escogida, sacerdotes reales, una nación santa y mis bienamados quienes esperan a vuestra plena comunión y confraternidad conmigo y con mi Padre en el cielo en la compañía de los santos y de los ángeles. Como mi muerte y mi entierro fueron camino hacia mi resurrección y vida con mi padre, así  también vuestra muerte y entierro no serán un final en si mismos, sino que serán simplemente la puerta hacia la felicidad eterna. A la luz de vuestra vida conmigo es como tenéis que evaluar vuestros sufrimientos presentes y las penas de vuestra vida. Cuando consumís vuestra vida aquí en la tierra con sufrimientos de pobreza, enfermedad, rechazos etc. Estáis siendo renovados y fortalecidos en vuestra alma interior; esta ligera y momentánea aflicción os está preparando para un peso eterno de gloria más allá de toda medida, porque esperáis no a lo que puede ser visto sino por lo que no se ve, pues lo que puede ser visto es temporal y lo que se ve es eterno”.

En la medida en que muráis a vosotros mismos y al mundo, estáis llevando en vuestro cuerpo mi vida resucitada. Mi vida inmortal será manifestada en vuestra vida mortal durante toda vuestra vida si miráis a vuestros actuales sufrimientos, enfermedades y acontecimientos negativos bajo ese motivo noble y alto. Mediante mi Espíritu que mora en vosotros, que está garantizado por la resurrección, estáis siendo transformados de gloria en gloria, de santidad en santidad hasta que os ajustéis completamente a mi cuerpo glorificado, y cuando vivís vuestra vida con esa esperanza sublime y con optimismo, el poder de la resurrección os ayudará a soportar los sufrimientos con paz y alegría.

Amigos míos, vosotros no sois desafortunados en este mundo, al contrario, sois los más afortunados y bendecidos de la tierra. Mi resurrección y mi vida en vosotros son la garantía y el seguro de vuestra resurrección y vida, así que por vuestra inquebrantable e intensa fe en mí y amor por mí, lleváis en vuestra vida y en vuestro corazón el poder de mi resurrección. No os unáis a aquellos que niegan la resurrección y que no tienen ninguna esperanza en la vida venidera y que dicen: bebamos y comamos, seamos felices y disfrutemos de la vida aquí en la tierra porque estamos seguros de lo que vemos y tocamos. El reino de Dios o la vida en el reino no es carne ni el mundo, no es ni alimento material ni bebida, sino que es vida dirigida por mi Espíritu en paz, alegría y rectitud. Vosotros tenéis solamente una vida en este mundo, sois únicos en este mundo, no hay nadie como vosotros ni nadie puede sustituir vuestra vida. Tenéis que comparecer un día ante Dios para dar cuenta de vuestra vida. No volveréis a este mundo otra vez para tener otra oportunidad para vivir, como con la reencarnación en algunas religiones paganas.

Cuando vuelva otra vez sobre las nubes para reunir juntos a los elegidos y entregar el reino a mi Padre, reuniré sólo a quienes viven una vida victoriosa, triunfante y gloriosa aquí en la tierra creyendo, amando y siguiéndome en todas las pruebas y sufrimientos de la vida con la gracia y la fuerza de mi resurrección; y no a los que ha permitido a sí mismos el ser armas de la maldad bajo el reinado del pecado. Contemplad, Yo soy la resurrección y la vida y aquellos que creen en mi no morirán y vivirán para siempre”
Leed:

Mt 6: 3, 19-21; 13: 44-50; 20: 17-28; 22: 23-32; 24: 29-31; 25: 31-46; 28: 1-10
Mc 10: 29-31; 12: 18-27; 13: 14-27; 16: 1-13
Lc 9: 46-48; 12: 16, 34; 16: 19-31; 17: 20-36; 18: 24-30; 21: 7-36; 24: 1-49
Jn 3: 31-36; 6: 44-58; 11: 25-27; 12: 35-36; 15: 1-10, 18-27; 17: 9-24; 20: 1-23
Hechos 1: 21-22; 2: 29-36; 3: 13-15; 4: 8-12, 33; 7: 55-56
Rom 6: 12-14; 8: 28-30; 14: 17
I Cor 1: 18-25; 4: 9-13; 15: 20-58
II Cor 2: 4-14; 3: 17-18; 4: 7-11, 16-18; 5: 6-10
Gal 5: 24-26
Ef 4: 17-24
Fil 1: 20-23; 3: 7-11, 20-21
Col 3: 1-4 
I Tes 4: 13-18
I Ped 2: 9
Ap 22: 12-15


MENSAJE VI – Jueves Santo – 20 de marzo de 2008–Música

“LA ENCARNACIÓN DIARIA DE JESÚS ENTRE NOSOTROS"

Así dice Jesús, el Señor: “Mis bienamados amigos: desde toda la eternidad deseé estar siempre con vosotros. En la creación estuve con mi  Padre mediante el Espíritu para dar forma a todo el universo y a todo lo que hay en él. Cuando mi Padre, tomó el barro de la tierra para moldearos con Sus propias manos, copió mi imagen y semejanza en cada uno de vosotros mirando a mi rostro porque yo soy la imagen del Dios invisible, el resplandor de Su gloria y la justa impronta de todo Su ser, el primer nacido de toda la creación, en mí todas las cosas se mantienen unidas y se sustentan y en mí moran la plenitud de la gracia y de vida. Junto con mi Padre, estuve en el Jardín del Edén y vosotros estuvisteis siempre en una relación íntima con nosotros, erais gloriosos en la plenitud de vida  y gracia, erais como Dios, inmortales por naturaleza, inmunes a cualquier daño o enfermedad y siempre con alegría y paz. Pero por vuestro pecado, el trabajo de Satanás, el enemigo, perdisteis vuestra vida grandiosa y sublime con todas sus bendiciones y prerrogativas.

Desde entonces, estuve suplicando a mi Padre que os restaure a la imagen y a la gloria perdidas y El me pidió que bajase a la tierra como un ser humano tomando sobre mí mismo todos vuestros pecados y sus consecuencias. Vaciando mi Divinidad y renunciando a todos los derechos y privilegios e igualdad con el Padre, me permitió, nacer de una mujer como todos vosotros -pero mediante el Espíritu Santo- para vivir una vida entre vosotros, como cualquiera de vosotros pero sin pecado. Dado que estaba sin pecado, mi Padre hizo de mí un chivo expiatorio poniendo sobre mi todos vuestros pecados; El me identificó vuestra naturaleza pecadora, sí, El me hizo pecado aunque yo no conocí pecado. Obedecí a mi Padre hasta mi muerte en la cruz en donde tuve que morir como un criminal para vuestra rectitud, santificación y redención. No hice nada por mí mismo, hice todo lo que el Padre hizo, porque El siempre me amó y siempre fui Su bienamado, El me mostró todo lo que El debía hacer. Por tanto, en mí y en mis obras veréis y experimentaréis la obra de mi Padre porque yo y mi Padre somos uno y el que me ve a Mi ve a mi Padre.
Antes de mi muerte y salida de la tierra hacia mi Padre, quise cumplir con Su mayor deseo de estar con el hombre para siempre. Me envió no sólo para la gente de Jerusalén, Galiliea o Nazaret sino para todo el mundo. Quería que Su presencia fuese sentida y experimentada a través de mí por toda la humanidad. Así que convoqué para que se juntasen todos mis discípulos en la Última Cena he hice el mayor de los milagros al  convertir el pan y el vino en mi cuerpo y en mi sangre, y prometí que siempre y en dondequiera que lo hiciereis, experimentaríais mi presencia real con vosotros y a través de mi, la presencia de mi Padre.

En todas las partes del mundo, mis sacerdotes ungidos consagran el pan y el vino en la mesa Eucarística, diciendo: ”este es mi cuerpo y esta es mi sangre” -justo las mismas palabras que pronuncié en la Última Cena- que se convertirán en verdadero cuerpo y en verdadera sangre.  Este es mismo cuerpo elevado y quebrado por vosotros y la misma sangre derramada por vosotros en el Calvario. En la Santa Misa y en la Santa Comunión me podéis tocar, comer mi cuerpo y beber mi sangre y convertiros en uno conmigo, y en esta comunión y confraternidad recibiréis de vuelta todas la prerrogativas y bendiciones que perdisteis en el paraíso. A todos los que vienen de mí, incluso los pecadores y criminales que creen en mí y se apartan de su camino de mal con un profundo dolor y arrepentimiento, Yo les diría las mismas palabras que le dije al ladrón que estaba en el Calvario a mi derecha, “estarás conmigo en el paraíso”. En cada servicio Eucarístico podéis experimentar mi encarnación entre vosotros y podéis sacar todas las bendiciones que he traído para la humanidad mediante mi presencia corporal entre vosotros.

En todos los tabernáculos del mundo, día y noche, vivo y espero a que mi pueblo venga a mi, a visitarme, a hablar conmigo y a que me viertan todas sus penas, lamentos, preocupaciones y problemas para que puedan experimentar el poder y la gracia que fluyen de mi presencia viva recibiendo la liberación, sanación, nueva vida y encontrando respuesta a todos sus problemas. Mis bienamados y muy queridos creyentes, yo continúo viviendo entre vosotros en la Eucaristía para secar vuestras lágrimas, para aliviaros en vuestra aflicción y para mostraros mi amor y compasión en todas vuestras necesidades. Son benditos los que acuden a mi presencia real en cuerpo y sangre en la Eucaristía y escuchan mi voz: “Venid a mi todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Yo haré vuestro yugo suave y mi carga ligera, venid a mi los que tenéis sed o estáis hambrientos, creyendo en mi presencia real satisfacéis vuestra sed y vuestra hambre. Hija e hijo vuestra fe os ha salvado, iros en paz y sanados de vuestras aflicciones, hijo tus pecados te son perdonados, los que escuchan mi palabra y la guardan son mi madre, hermanos y hermanas, contemplad bendigo a vuestros hijos, entraré en vuestro hogar y haré signos y maravillas, mi corazón está conmovido por la piedad de la muchedumbre –no tienen nada que comer – no quiero despedirlos en ayunas – etc.”

Amigos míos, no soy un Dios que os vigila desde el cielo para juzgaros de vuestros pecados o debilidades, soy un Dios que vive entre vosotros para liberaros de todas vuestras miserias y daros vida y salvación. Buscadme y llamadme mientras esté cerca de vosotros, abandonad y absteneros de los malos caminos, seguramente me encotraréis porque soy generoso dando y mi amor y compasión son imperecederos. Todos los días en la mesa Eucarística os invito a venir y a comer mi cuerpo y a beber mi sangre para que podáis vivir; no os excuséis a vosotros mismos con intereses de la carne y del mundo; y en los tabernáculos y lugares de adoración espero a que vengáis y experimentéis mi presencia real para recibir todas las bendiciones que derramo a la humanidad. Contemplad  que yo soy Jesús, vuestro Dios que está vivo”.
Leed:

Gen 2: 7 
Is 55: 1-3, 6-7 
Mt 1: 21-22; 8: 14-15; 11: 28-30; 15: 32; 19: 3-14; 26: 26-28 
Mc 2: 5; 5: 34; 14: 22-24 
Lc 7: 13; 8: 21; 22: 14-20; 23: 41-43 
Jn 1: 2-3; 5: 19-20; 6: 35-37, 44-58; 7: 37-39; 8: 28, 54-58; 10: 30, 38; 
19: 20, 30-38 
Hechos 2: 44-47 
Rom 3: 23-31 
I Cor 1: 30 
II Cor 5: 21 
Gal 4: 4 
Fil 2: 1-11 
Col 1: 15-20 
Heb 1: 2-4 



MENSAJE V – III mensaje de Cuaresma – 14 de marzo de 2008 –Música

"UNE TUS SUFRIMIENTOS A LOS SUFRIMIENTOS DE CRISTO"

Así dice Jesús el Señor:  Yo se que en estos días meditáis sobre mis sufrimientos e intentáis tomar de ellos fuerza y bendiciones porque Yo soporté todos mis sufrimientos por vosotros. Efectivamente, a través de mis sufrimientos ganasteis la alegría de la salvación. La voluntad de Mi Padre en el Cielo fue que yo llevara sobre Mi las consecuencias de vuestro pecado como la muerte eterna, los castigos, enfermedades y maldiciones para poder perdonaros, sanaros y liberaros haciendo de vosotros sus hijos amados. Todos mis sufrimientos y muerte en la cruz fueron suficientes para daros la salvación; todo lo que tenéis que hacer es creer en mí y aceptarme como vuestro único salvador y Señor y seguirme.

Así como Yo vi los sufrimientos y miserias del pueblo de Israel hace 2000 años, ahora veo las miserias y sufrimientos del nuevo Israel, la Iglesia.  Yo se que estáis sufriendo mucho incluso camináis a través persecuciones y pruebas para poder vivir una vida santa y justa. Mirad la vida de mis santos que llevaron sus sufrimientos con alegría y coraje. Ellos fueron encarcelados, muchos de ellos fueron severamente azotados algunos de ellos fueron arrojados ante animales feroces para ser devorados, tuvieron que padecer hambre y sed, fueron rechazados por su propio pueblo y tuvieron peligros de sus amigos y enemigos pero permanecieron firmes en su amor por Mi, sus pies no temblaron, no huyeron de los sufrimientos porque me vieron sufriente y crucificado por ellos y así hicieron de sus sufrimientos Mis sufrimientos.

Queridos bienamados hermanos y hermanas que me seguís, ofreced todos vuestros sufrimientos en Mis sufrimientos y haced de ellos mis sufrimientos y recoged así los frutos de vuestro sufrimiento. No perdáis lo méritos de vuestro sufrimiento por medio de vuestras murmuraciones, críticas y aptitud negativa así como los israelitas que se rebelaron en el desierto y no fueron capaces de entrar en la tierra prometida. Yo vivo en medio de vosotros, mi nuevo Israel, la Iglesia, que es Mi cuerpo y acepto y uso los sufrimientos de mi pueblo y los aúno con mis sufrimientos y así muchos se convertirán  en partícipes de Mi salvación traída a través de Mis sufrimientos. Yo quiero que vosotros seáis Mis testigos compartiendo con muchos la buena nueva del evangelio para que así muchos puedan ser salvados. Para que vuestro testimonio sea poderoso y meritorio, debéis seguir mi vida de santidad, mi hábito de oración, la negación de mi mismo, mi entrega total a Dios, mi dedicación al pobre y al necesitado y mi forma de cargar la cruz y los sufrimientos.

Como los sufrimientos deseados por mi Padre se convirtieron en bendiciones para todos vosotros, cuando unís vuestros sufrimientos a mis sufrimientos Yo derramaré muchas bendiciones sobre vosotros, sobre vuestra familia y sobre el mundo entero. No penséis que todos vuestros  sufrimientos son maldiciones de Dios que caen sobre vosotros como resultado de vuestro pecado o de los pecados de vuestros antepasados. Vosotros todavía sois niños, amigos Mios, no habéis crecido en Mi Espíritu para que podáis comprender y experimentar el misterio del sufrimiento.  Yo no cometí ningún pecado y Yo no fui maldito por Mi Padre Dios, pero así y todo El me dio el cáliz de los sufrimientos porque yo soy Su más bienamado hijo. Cuando sufrís como un hijo, yo os llevo en mis manos dandoos consuelo y confortándoos. Vuestros sufrimientos actuales no son nada comparados con la gloria que va a ser revelada y cuando padecéis los sufrimientos con alegría en el corazón, manifestáis que el Espíritu Santo mora en vosotros y que os ayuda a crucificar vuestro viejo yo con sus pasiones y deseos, a santificaros y a ofreceros vosotros como vivos, santos y agradables a Dios.

Yo entiendo vuestro temor, ansiedad y nerviosismo cuando tenéis que confrontaros con pruebas y sufrimientos. Yo también tuve que hacer la situación similar e incluso deseé que el cáliz de los sufrimientos se alejara de Mí. Pero porque Yo confié en el amor de mi Padre y recurrí a El, EL me dio gracia y poder para llevar la cruz y para sufrir la Pasión. Amigos míos y creyentes, en todos vuestros sufrimientos Yo estoy con vosotros con Mi amor y compasión, debéis confiar en Mí y recurrir a Mi y así encontraréis fortaleza y coraje a través de Mi Espíritu. Soportando vuestros sufrimientos diligente y pacientemente con alegría en vuestro corazón seréis Mis discípulos amados. Yo nunca os dejaré u os abandonaré. Yo estaré siempre con vosotros.
Leed:

Mt 16: 21, 24; 26: 38-42 
Mc 8: 31, 34-37; 10: 38-39; 13: 9: 13 
Lc 6: 22-23; 8: 13; 9: 22-25; 13: 24; 16: 25; 21: 12-19; 22: 40-44 
Jn 16: 1-4; 15: 18-21; 17: 14-17 
Hechos 5: 41-42; 7: 51-60; 14: 22 
Rom 8: 18, 35-39; 12: 1-2 
I Cor 4: 9-13 
II Cor 4: 7-11; 11: 23-29; 12: 8-10 
Gal 5: 24-25 
Fil 3: 10-11; 4: 12-13 
Col 1: 24 
I Tess 4: 3-8 
II Tim 3: 12 
I Ped 2: 24; 4: 12-19 
Ap 7: 14-17 


MENSAJE IV – II Mensaje de Cuaresma– 22 de febrero de 2008  –Música

“¿POR QUÉ  LLEVÁIS  LA CULPA?”

 Así dice el Señor Dios: “Mis bienamados hijos, no sabéis que permití que mi Hijo Jesús muriera en la cruz derramando toda Su sangre para que vuestra conciencia interior fuese lavada de toda suciedad, de culpa y de la marca de vuestros pecados y se dará un nuevo corazón tan blanco como la nieve. Es cierto que cargáis y afligís mi corazón con vuestros pecados, pero cuando os arrepentís y venís a mí, mi corazón repleto de amor y compasión hacia vosotros os aceptará con un amor mayor, limpiando todas vuestras ofensas y su recuerdo. Cuando volváis a mí guardaré vuestro corazón herido y culpable por el pecado en el corazón herido de Mi Hijo y barreré todas las heridas y las cicatrices se restaurarán a su belleza y fuerza pristinas.

Conozco los recuerdos turbios de vuestros pecados pasados que fueron abominables ante mi vista y que ahora os hacen culpables evocando miedo, tristeza y remordimientos en vuestro corazón. Son como ídolos en vuestro corazón y los recuerdos de esos ídolos os conducen una y otra vez al pecado. Ni agua, ni jabón, ni detergente pueden lavar la culpa de vuestro pecado ni eliminar los ídolos de las abominaciones excepto el agua y la sangre que fluye del corazón herido de mi Hijo bienamado en la cruz. Ningún tinte de la tierra puede dar color y textura a vuestro corazón roto, pero cuando venís y rezáis ante mi con un espíritu contrito entonces insuflaré mi Espíritu sobre vuestro corazón y entonces recibiréis un nuevo corazón y una nueva alma con fuerza y gracia para vivir una nueva vida.
Yo soy vuestro Padre quién os ama, quién os formó en el vientre de vuestra madre, os llamó por vuestro nombre, sois mis elegidos, y guardo vuestro nombre en la palma de mi mano, camino con vosotros llamándoos “cariño”, “bienamados” y “de mi propiedad”. Cuando estáis en pecado mi corazón está aplastado y mi compasión se despierta. Mi amor por vosotros, hijos míos, es imperecedera, y mi compasión por vosotros nunca cambia. Cuanto más os alejáis de mí con vuestro pecado, más os atraigo con mis cordones y cintas de amor. No me da placer la muerte de un pecador. Basta con que os volváis hacia mí reconociendo y confesando vuestros pecados, detestándolos con una profunda pena en el corazón, entonces Yo no recordaré nunca más vuestros pecados.

Cuando oís la voz de mi Hijo a través de los ministros ungidos en mi iglesia: “vuestros pecados son perdonados”, Yo no sólo perdono vuestros pecados sino que los olvido para siempre. Por tanto, hijos míos, no carguéis más con la culpa en vuestro corazón ni estéis tristes, sino regocijaros porque os habéis convertido en unas nuevas criaturas. Lo que Mi Hijo Jesús le dijo al pecador que se volvió hacia El, os lo diré también a vosotros: “Hoy estaréis conmigo en el paraíso”.
Y en El no hay condena porque se llevó toda condena y castigo con Su muerte vicaria en la cruz. Si alguno de vosotros se siente culpable, que mire a Jesús, vuestro Salvador, crucificado, y que diga “ten misericordia da mí”, y verá entonces Sus manos ocultas limpiando su pecado y las cicatrices del pecado, y cuando levantéis vuestro corazón hacia Su corazón roto de amor por vosotros, experimentaréis fluyendo a través de vosotros el resplandor y la vibración de Su amor y abriendo vuestros ojos después de una oración tan profunda y mirando hacia vosotros mismos, veréis que ya no sois más los mismos y que estáis con Él y Conmigo en el paraíso. Entonces el cielo se regocijará y todos los ángeles y los santos cantarán alabanzas a mi nombre: “Gloria al Padre, quién nos redimió a través de la preciosa sangre de Su Hijo”.

Mis amados hijos, deberíais rezar diariamente con el salmista: “borra toda mi culpa, límpiame de mi pecado. Porque conozco mi ofensa, mi pecado está siempre ante mí. Contra tí solo yo he pecado, he hecho semejante mal ante tu Mirada, que eres justo en tu sentencia, intachable cuando condenas. Sí, he nacido culpable, un pecador, incluso cuando mi madre me concibió. Límpiame con un hisopo para que pueda ser puro, lávame, hazme más blanco que la nieve. Mira para otro lado y no a mis pecados, tapa toda mi culpa. Crea para mí un corazón nuevo, ¡oh Dios!, renuévame con un espíritu firme. No me lleves de tu presencia ni me quites tu Espíritu Santo”.
Lee:

Gen 6: 5-6 
Salmos 51: 3- 14; 103: 12 
Is 1: 18; 43: 18, 24-25; 44: 1-3, 21-22; 49: 15-16 
Ez 14: 1-6; 18: 30-32; 36: 26-33 
Jer 2:22; 3:12-13; 31: 3 
Hos 11: 1-8 
Mt 9: 36: 11: 28-29; 18: 10-14 
Mc 1: 40-41; 2-5 
Lc 7: 36-50; 15: 18-24; 23: 43 
Jn 3: 17-18; 19: 34 
Hechos 2: 37-39; 3: 19-20 
Rom 3: 23-26; 5: 8-9, 16-21; 8: 1 
I Cor 1: 28-30 
II Cor 3: 17-18; 5: 17; 7: 14-21 
Ef 2: 13-22; 4: 22-24 
Col 3: 1-4 
Fil 4: 4 
I Tim 1: 15 
Tito 2: 14 
Heb 8: 12; 9: 22, 13-14; 10: 17 
I Ped 1: 18-19; 2: 9,24 
I Jn 1: 9; 3: 1-3 
Ap 21: 4-5 


MENSAJE III – Mensaje de Cuaresma – 3 de febrero de  2008 –Música

“VED MI ROSTRO ENTRE LOS POBRES”

Así dice el Señor: “Hijos míos, llega como siempre la Cuaresma, un tiempo para meditar y para reflexionar sobre la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo y para extraer de ella fuerza para vuestra vida cristiana. Es un tiempo para orar, ayunar, mortificarse y practicar la caridad. Cuando dobléis vuestro cuello para recibir la ceniza para empezar este tiempo de gracia, pensad en vuestra nada, y con humildad de corazón reflexionad sobre la vida que ha de venir después de la vida aquí en el polvo, y haced tesoros en el reino que viene.Oh hombre, tu vida es muy frágil y corta y los sufrimientos presentes no son nada comparados con la gran gloria que ha de venir. ¡Qué insensato sería si ganaseis todas las riquezas y tesoros en este mundo tirando por tierra la vida eterna!

Si guardáis todo lo que tenéis para vosotros mismos no estáis atesorando nada para el futuro. Que el ejemplo de Mi Hijo Jesús sea inspiración y modelo para vuestra vida. Aunque El era rico, se hizo pobre, para  que mediante Su pobreza os volváis ricos. Muchos de vosotros sois ricos  en bendiciones materiales, vuestro amor a Dios os debería urgir a compartir vuestras bendiciones materiales con los que son pobres, y así hacerlos ricos. Conocéis muy bien la distancia entre los ricos y los pobres es muy grande, sois vosotros los que tenéis que trabajar para tender un puente sobre la brecha trayendo equitativamente prosperidad y buen vivir para todos.

Yo creé esta tierra y todo lo que hay en ella para mis hijos, a quienes creé a mi imagen y semejanza, y quiero que todos tengan la misma participación en las riquezas materiales y en las bendiciones que hay sobre la tierra. El sistema que hay hoy de economía y distribución de la riqueza ha originado que mucha gente sea muy pobre sin que ni siquiera tenga los medios suficientes para satisfacer sus necesidades básicas. Quizá la riqueza de la que ahora estáis disfrutando provenga del sudor de la frente de mucha pobre gente desconocida en el mundo que es explotada, estafada y manipulada en la producción, distribución y en el negocio. Muchos de vosotros os habéis hecho ricos ni por vuestro trabajo duro. En vuestra conciencia tenéis que sentir una obligación de ayudar a los que son materialmente pobres.

En el orgullo de los placeres materiales y mundanos, podéis decir que tenéis todo, no necesitáis nada, ni siquiera a Dios, y así podéis desatender o incluso mirar con desdén a los que se acercan para ayudaros;. pero si de verdad miráis al santuario interior de vuestra alma, podéis daros cuenta o más bien puedo darme cuenta que sois desdichados, lastimosos, pobres, ciegos y desnudos. Debéis saber que sólo Yo puedo haceros verdaderamente ricos eliminando vuestro estado lastimoso y desdichado, abrid vuestros ojos y vestiros con buena ropa. Pero yo no puedo hacerlo a no ser que vosotros me deis lo que tenéis.  Cualquier cosa que le deis a los pobres, me la estáis dando a me. De esta forma, gracias a vuestra caridad podéis obtener el perdón de vuestros pecados y tapar multitud de pecados. La caridad libera de la muerte, expía el pecado y evita que acuda a la morada de la oscuridad; y los que la hacen regularmente disfrutarán de la plenitud de vida.

Hijos míos, no volváis vuestro rostro de ningún pobre, ved en todos ellos mi imagen y rostro y ayudadlos generosamente como me ayudaríais a mi. Tengo un especial cariño y cuidado por los que ayudan a los pobres y a los necesitados, escribiré sus nombres en el libro de la vida con la lista de sus buenas obras, y cuando venga sobre las nubes a juzgar a los vivos y a los muertos, traeré conmigo la recompensa por sus buenas acciones.

Ayudad a los pobres con alegría en vuestro corazón porque amo y bendigo a los donantes alegres. Si tienes mucho para dar de tu riqueza, y no tienes nada, da incluso de la nada. No llevéis la cuenta de lo que le dais a los pobres pues yo tengo en cuenta todo ello, el brazo izquierdo no debería saber lo que da el derecho y no deberíais sonar trompetas por lo que hagáis. Todo lo que hagáis en secreto es conocido por mi, brillaréis como una luz en el mundo y seréis mis testigos; viendo vuestras buenas obras otros me glorificarán en el cielo.

Hijos míos, tenéis que saber que se es más bendecido dando que recibiendo. Eso es lo que hicieron los primeros cristianos, vuestros antepasados. No sois los dueños de lo que tenéis, todo lo que tenéis ha sido da dado por Mí, y sois sólo administradores y encargados. Ahora os estoy llamando a todos por medio de Mi Hijo Jesús, para que seáis buenos administradores  de todo lo que tenéis gracias a la providencia divina. Tened en mente lo que El os ha dicho, “¡vended lo que tenéis y dádselo a los pobres!”.Podéis vender algunos de vuestras comodidades, gustos, lujos, facilidades etc. para ayudar a los demás. Así como El se vació a Sí mismo para salvaros, vosotros también tenéis que vaciaros por los demás. El apreció y alabó más bien la fuerza de la viuda que dio de su sustento que a aquellos ricos que daban de su riqueza.

Finalmente, hijitos míos, cada día de esta estación santa de Cuaresma, apartad algo para los pobres. Cuando os despegáis de las riquezas mundanas, estáis más pegados a mi y a mis bendiciones celestiales, así creceréis más en todas las virtudes y os haréis santos como Yo soy santo. Pasar más tiempo en oración y en arrepentimiento; en contemplación descubriendo la misericordia de Dios para que os convirtáis en misericordiosos para con vuestros hermanos y hermanas en el mundo. Que vuestro ayuno y mortificaciones os ayuden a perseguir todo pecado en vosotros y mantened ante mi vuestra alma santa e intachable, entonces experimentaréis el poder de mi resurrección. Contemplad, Yo estoy siempre con vosotros”.
Leed: 

Gen 1: 1-5, 27
Sir 4: 5-6; 29: 12
Tob 4: 7-11; 12: 9
Mt 5: 16; 6: 3-4; 7: 14; 19: 21; 25: 31-40 
Mc 12: 44 
Lc 6: 24, 38; 9: 25; 10: 20, 29-37; 12: 16-21; 16: 19-30 
Jn 13: 34-35; 14: 15, 23; 15: 11-12 
Hechos 20: 35
Rom 8: 18; 13: 8-10; 15: 25-27
I Cor 15: 23-52; 16: 1-3 
II Cor 5: 15; 8: 9 
Fil 2: 5-6 
I Tes 4: 16-18 
Sant 5: 1-6
I Ped 1: 15-16; 4: 8-10
I Jn 3: 17 
Ap 3: 17-18; 20: 15; 22: 12


MENSAJE II – 29 de  enero de 2008  –Música

“SED LOS HIJOS DE LA LUZ”

Así dice el Señor Dios: “Mis queridos hijos, la tierra fue un terreno informe, baldío y oscuro que cubría el abismo mientras que Yo creé el universo. A través de mi Espíritu, viento poderoso, y con el poder de mi palabra, separé la luz de las tinieblas para que mi pueblo, para quien creé todo el universo y la tierra pudiese vivir en la luz como hijos de la luz. Vosotros no sois de la noche ni de la oscuridad sino que sois los hijos del día y de la luz”.

Los que viven en la oscuridad tropiezan con sus pies en el camino pues por la oscuridad de sus ojos están ciegos y son incapaces de conocer la forma de alcanzar el objetivo de la vida. Envié a mi Hijo Jesús, como la luz del mundo para eliminar la oscuridad de los corazones que están confundidos y perdidos en su camino de la salvación eterna. El es la verdadera luz que ilumina a cada uno, en El no hay oscuridad y la oscuridad no tiene poder sobre El. Así como conduje a los israelitas como una columna de fuego para darles la luz en su camino hacia la tierra prometida, he dado a Jesús como una luz para todo el mundo y para todo pueblo de toda generación con independencia de su religión o cultura,  nación o raza, para que todo el que Le mire y siga Su camino no camine en tinieblas ni se pierda en su camino hacia el auténtico objetivo de la vida.

Jesús, quién sana a los enfermos, libera a los oprimidos, alimenta a los hambrientos y resucita a los muertos es el Único que os liberará de toda tiniebla y os da la luz de la vida. La oscuridad del alma proviene del diablo, de Satanás, quién intenta destruir mi obra de salvación  mediante Jesucristo el Señor. A través de la oscuridad, la confusión, dudas, engaños, roturas, odio en la vida, rebelión contra las leyes de Dios, el pecado y la iniquidad son traídos por el enemigo al alma para atraeros a la muerte eterna y a la condenación. Satanás es siempreun mentiroso , un ladrón y un asesino y está opuesto a la verdad y a la luz. El y todos los que le siguen no vienen a la luz pues temen que quede expuesto su camino del mal; así ellos odian la luz y prefieren permanecer en la oscuridad. Aquel que permanece en el pecado y en el mal dice: “¿Quién puede verme?, la oscuridad me rodea, los muros me ocultan, nadie me ve, ¿porqué habría de temer al pecado?”. Alguien así no entiende que los ojos del Señor son 10 mil veces más brillantes que los del sol. Nada está oculto que no será revelado, ni secreto que no haya de saberse.

Para engañaros hijos míos, Satanás puede disfrazarse como un ángel de luz ejecutando incluso signos y maravillas. Estad alerta de las tácticas del diablo, y discernid los espíritus para aseguraros que seguís mi Espíritu, un espíritu de amor, verdad, justicia y rectitud; y no al espíritu del mal que es el espíritu del anticristo que puede matar vuestra alma y vuestro cuerpo en el infierno.  Resistid al espíritu del mal con vuestra fe en Jesucristo, la auténtica luz y la verdad, el Salvador de la vida y la salvación eterna. Clamad su nombre que está por encima de todo nombre, y cuando Le clamáis y vivís una vida recta según Su voluntad, encontraréis la respuesta a todos vuestros problemas y ningún mal os tocará ni os molestará. Que todos los que clamen el nombre del Señor eviten el pecado.

Si guardáis enfado, envidia, rencor, odio y pensamientos negativos hacia los demás, estáis en la oscuridad. Cuando la oscuridad domina en el corazón, los ojos se vuelven ciegos y no seréis capaces de ver a Dios ni a las realidades celestiales, y consecuentemente fracasaréis en ver a Dios en los demás. Quien no ama a su hermano  a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Por tanto, amaros unos a otros y guardad mis mandamientos reales y estad así en la luz.
Hijos míos, la meta última de vuestra vida es la unión Conmigo y el ser mis compañeros lo cual se obtiene mediante mi Hijo Jesús por medio de la obra del Espíritu Santo. Si camináis en la oscuridad y hacéis las obras de la oscuridad no podéis tener ni el compañerismo ni la unión Conmigo. Si os encontráis en la oscuridad y en las obras de la oscuridad, abrid vuestro corazón a la palabra de Dios y a la luz del Espíritu Santo quién os declarará culpables y os dará la gracia del arrepentimiento. Mis palabras y mi Espíritu se llevarán de vosotros toda la oscuridad y os llenarán de nuevo con la luz de la salvación; así seréis intachables e inocentes hijos de Dios sin mancha en medio de una generación retorcida y perversa, entre ellos brilláis como luces en el mundo.

Sed testigos de mi luz- Jesús-. Yo digo: hijos míos, sed las luces del mundo, permaneced en la luz brillando como luces que trabajan duro para eliminar la oscuridad del corazón de los demás trayéndoles mi palabra y mi Espíritu quién por El solo puede separar la luz de la oscuridad. No tengáis miedo, Yo estaré siempre con vosotros.
Leed: 

Gen 1: 1-5; 9: 1 
Ex 13: 21-22 
Sir 23: 18-21 
Ez 33: 3 
Mt 5: 14; 10: 26-28; 24: 24 
Mc 4: 21-22; 12: 29-30; 13: 5-6, 35-37 
Lc 10: 19; 21: 34-36 
Jn 1: 5, 9; 3: 19-20; 8: 12; 11: 9-10; 14: 6; 16: 8 
Rom 1: 21; 10: 13; 13: 11-14 
II Cor 4: 6; 6: 14-15; 11: 14 
Ef 4: 17-19,  27-32; 6: 10-12 
Fil 2: 9-11, 15 
I Tes 5: 4-11 
II Tim 2: 19 
Sant 2: 8-9 
I Jn 1: 5-10; 2: 8-11; 4: 1-3, 20; 5: 18 
Ap 12: 7-9


MENSAJE I – 1 de enero de 2008 – AÑO NUEVOMúsica

“UN AÑO DE BENDICIONES PARA VOSOTROS”

Así dice el Señor Dios: “Mis queridos hijos, Yo soy vuestro Creador y Señor, Yo creé todo el universo, la tierra y todo lo que hay en ella para vosotros y vuestro bienestar. Yo os creé a mi imagen y semejanza e insuflé mi vida en vosotros y de esa forma vinisteis a la existencia. Yo fijé el tiempo, los días y los años. Yo decido cuando alguien debe nacer en esta tierra y cuando se debe de ir de ella. Ahora, os doy un año nuevo para que viváis sobre esta tierra una vida de alegría y felicidad, una vida que está llena del Espíritu y llena de gracia con muchas bendiciones. Por tanto comenzad a vivir este año con acciones de gracia y alabanzas a Dios.

Quizá. muchos que habían preparado para sí muchos planes y ambiciones de vivir una larga vida no vean este año. Quiero que reconozcáis el gran regalo de la vida que os he dado. Estáis vivos porque Yo estoy vivo, e insuflo continuamente mi vida sobre vosotros. Mediante vuestra vida digna y honrada debéis mostrarme gratitud, adorarme y amarme. Yo soy la fuente de toda bendición y no me abandonéis.

Debéis valorar y evaluar continuamente los éxitos y los fracasos, las alegrías y las penas, lo positivo y lo negativo, lo que tuvisteis en el pasado, y haced planes, tomad decisiones, políticas y estrategias con más sabiduría, prudencia y valor. Debéis ser lo suficientemente humildes para admitir vuestros errores y defectos y estar preparados para corregiros a vosotros mismos. El fariseísmo, el orgullo y la arrogancia os pueden llevar otra vez a cometer fallos. Quizá fracasáis en muchas de vuestras empresas porque no me clamáis ni a Mi ni a mi poder, sino que os fiáis de vosotros mismos y de vuestra capacidad.  O quizá fuisteis demasiado avariciosos con vuestros logros y éxitos y descuidasteis vuestro deber para con Dios y con vuestro vecino. O en vuestro rebosante entusiasmo de alcanzar metas mundanas, olvidasteis el objetivo real de vuestra vida que es vuestra salvación. O no hacéis las cosas según mi voluntad sino que obrasteis en la maldad, la corrupción o en la injusticia. Hijos míos, contemplad  vuestro camino, eliminad todo lo que sea contrario a mi voluntad y decidid vivir una vida según el camino mostrado por mi hijo Jesús, vuestro Salvador. Tenéis que saber que EL ES EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, y con El y en El tendréis éxito en todo lo que acometáis.
Este año también tendréis que afrontar pruebas y sufrimientos. Habrá muchos desafíos ante vosotros. Puede que experimentéis que sois abandonados y rechazados por aquellos a quién queréis y por los más cercanos. Quizá amigos en los que confiasteis en el pasado puedan convertirse en vuestros enemigos y oponentes. Dado que habéis decidido vivir una vida moralmente buena, podríais ser perseguidos y ridiculizados por los que llevan una mala vida. Pero recordad que Yo estaré con vosotros dándoos gracia, fuerza y valor, pero tenéis que confiar en mi, mantened un contacto constante  conmigo por medio de la oración y guardad mis mandamientos como prueba de vuestro amor hacia mi.

El terrorismo y las guerras continuarán acosando y destruyendo vidas sobre la tierra. Acaecerán calamidades y catástrofes en muchas partes del mundo. Una vez más, hijos míos, os urjo a que cuidéis el planeta, la tierra que he creado para vosotros y para vuestro bienestar. Tomad seriamente los avisos globales y evitad todo lo que contamine  la tierra y el medioambiente. Este año una catástrofe importante en un país rico provocará la conversión de muchos. Yo permito las calamidades naturales para que aquellos que viven en la maldad puedan cambiar su vida.

La Iglesia, el cuerpo de Cristo, será perseguido en muchas partes del mundo. Muchos cristianos serán perseguidos a causa de mi nombre, en diversos lugares la libertad para predicar la verdad, la justicia y los principios morales de vida será denegada. Los enemigos de Cristo intentarán erradicar Su nombre, a través del cual únicamente el mundo puede ser salvado. Las exhortaciones del Papa, el Vicario de Cristo en la tierra serán aceptadas y respondidas por varios líderes mundiales, especialmente sus enseñanzas sobre el amor, la armonía, el respeto por la vida, el honor por la sexualidad y el matrimonio. A través de sus esfuerzos habrá más paz y armonía entre las principales religiones monoteístas.

Pero el diablo, el enemigo, estará activo y poderoso intentando establecer su reino, una sociedad permisiva que acepte todo tipo de perversiones y licenciosodades como el aborto, la eutanasia, la homosexualidad, el divorcio, etc. El comunismo y el ateísmo reaparecerán otra vez en forma de modernismo, secularismo, relativismo y hedonismo, con todas las promesas utópicas. Los creyentes de todo el mundo deberían rezar especialmente por el Papa, que es el elegido y único líder para luchar por una nueva era y un nuevo cielo basados en principios humanos y morales de vida según al Palabra de Dios. Habrá muchos sufrimientos físicos y espirituales para el bien de la iglesia y de la humanidad; por tanto hijos míos tenéis que apoyarle con vuestro amor y con vuestras oraciones. Tenéis que estar preparados para luchar contra los asaltos y las tácticas de Satanás que viene a través de los que abogan y animan todo tipo de asesinato, inmoralidad, injusticia y corrupción.

Yo os vigilo desde el cielo para ver si estáis buscándome y caminando por mi camino. Derramaré muchas bendiciones sobre los que crean mi y clamen por mi porque yo os amo. Confiad a mi vuestros planes y caminos y entonces veréis el éxito en vuestra vida. Vivid cada día una vida recta con amor para con Dios y para con tu vecino de corazón. Estad alerta y vigilad siempre, sed intachables y santos perfectos ante mi, pues no sabéis cuando le tenéis que decir adiós a este mundo. Hijos míos, os aviso para que no sigáis a la mayoría que vive en pecado, no sigáis las falsas enschanzas de otros, por el contrario, aferraos a la verdad revelada y enseñada en la Biblia, por gente santa y por la Iglesia.  Haced tesoros en el cielo ayudando a los pobres, a los destituídos, a los huéfanos y a todo aquél que esté en necesidad. Contemplad, Yo estaré siempre con vosotros.”
Leed: 

Gen 1: 1-31 
Deut 23 : 1-2; 28: 15-68; 30: 1-10 
Salmos 1: 1-6; 8: 6-7; 14: 2; 27: 1-3; 33: 6-7, 13; 40: 9; 55: 23 
Prov 16: 3 
Is 24: 5-6 
Jer 2: 19; 3: 22; 14: 1-10; 17: 5-7 
Mt 6: 19-21, 25-34; 7: 7-11; 10: 16-33; 16: 16-19 
Mc 13: 9-13; 32: 36 
Lc 6: 37-38; 10: 13-16; 11: 5-13; 13: 6-9 
Jn 14: 6, 15; 15: 1-10, 18-25; 16: 1-4 
Hechos 4: 18-22: 5: 40-42; 10: 1-4; 14: 22 
Rom 1: 16-18; 5: 1-11; 8: 31-39; 12: 1-2, 9-21; 14: 17 
I Cor 3: 16-17; 5: 9-13 
II Cor 4: 7-11; 5: 10; 7: 1; 8: 1-15 
Gal 5: 1, 13-15 
Ef 1: 3-6; 2: 14-18 
Fil 1: 20-26; 2: 14-18; 3: 12-16 
Col 3: 1-4 
I Tes 4: 3-8; 5: 23-24 
Sant 2: 8-13; 3: 13-18 
I Ped 1: 15-16; 4: 12-16; 5: 7 
II Ped 2: 1-3; 3: 16
I Jn 1: 7-11; 4: 19-21; 5: 11-12 
Ap 21: 1-5


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